En Música existe una técnica llamada «Variación», donde una idea puede repetirse de una forma alterada, realizando diferentes combinaciones que pueden modificar uno o más elementos, pero que a pesar de esos cambios, es posible reconocer la base sobre la que se sustenta.
A pesar de que el texto de contraportada de Al lado de la muerte, volumen de cuentos del periodista, ingeniero y escritor Cristóbal Castillo Orrego, advierte que «ninguno de sus relatos coinciden, ni sus personajes», a medida que avanza la lectura uno puede dar cuenta de esas variaciones que tienen no solo la muerte como denominador común, si no que otros elementos que el autor consciente o inconscientemente instala como parte de un imaginario que puede estar construido con elementos del presente, pasado o futuro.
Y es que en estos relatos, algunos de muy breve extensión, la presencia de la muerte es solo una anécdota para cuestionar la existencia de los personajes, cuyo patrón es simplemente la infelicidad.
Cristóbal Castillo Orrego ofrece, en las 19 historias que componen Al lado de la muerte, variaciones de un mismo tema contado desde distintas perspectivas y desarrollos, no son efectivamente un mismo relato, ya que lo que hace es situarse en la piel de una serie de personajes distintos entre los que se pueden encontrar actrices, periodistas, mercenarios, peluqueros, talladores de madera, operarios, guardias, en fin, un ramillete variado de candidatos a desaparecer de este mundo sin dejar en él mayor trascendencia. Y es que ninguno de los personajes logra llegar al momento de enfrentarse con «la poderosa muerte» en un momento de plenitud, todos ellos se encuentran en una búsqueda permanente de la felicidad, de una salida al peso brutal de la realidad que los envuelve en deudas, en ocupaciones laborales insatisfactorias e incluso en relaciones amorosas tóxicas o inconclusas.
Los escenarios varían y pueden ser contemporáneos paisajes de las ciudades que habitamos, con toda su complejidad, o también lejanas construcciones que van desde un incierto y desesperanzador futuro a un trepidante rincón en medio un país ajeno, donde la muerte está siempre respirando tan cerca que si no te toca, al menos te da al aviso que estás en frente de la mira.
Hay relatos que se repiten como una pesadilla que termina siempre de la misma forma, una detención, un arma que pone fin a una existencia, o un velo que se desliza para terminar con una identidad y dar paso a otra. La muerte a veces no es sólo física, si no también simbólica. Están los que sobreviven a esas «muertes» y tienen la oportunidad de proyectar un futuro diferente, los que se aferran a un pasado que creen pueden cambiar en el presente y están también los que aceptan que han llegado al final y no oponen resistencia.
Sin embargo, a pesar de cierta desesperanza, Cristóbal Castillo Orrego deja pistas que subyacen en sus textos y dan cuenta de que aún en situaciones límites o aparentemente inevitables, esa búsqueda de la felicidad que cruza a todos sus personajes cuenta con algunos salvavidas que pueden ayudar a sobrellevar los dilemas de la existencia, allí es donde emerge lo que un personaje llama «una especie de campo de fuerza familiar», y se manifiesta a través de los hijos, la relación con los ancestros, o el deseo de concretar un amor que perdure y trascienda el tiempo.
Al lado de la muerte es un libro que merece más de una lectura para explorar en profundidad estas capas que van más allá de un simple retrato del estado actual de nuestra sociedad, si no una comprensión de nuestra propia humanidad y del trazado del colectivo que nos acompaña.
Cristóbal Castillo ofrece un volumen extenso, con relatos amenos y bien narrados —aunque a veces suele contraerse y en otras extenderse sin necesidad—, que nos ponen delante de situaciones posibles o imposibles que nos recuerdan que en definitiva todos caminamos con distinto paso, pero siempre hacia el mismo lugar.
Al lado de la muerte de Cristóbal Castillo Orrego (Trayecto Editorial, 2022)