Me pidieron escribir un texto sobre cómo se mal usan los saberes mapuches en personas que solo quieren caer en ese juego sin dotar de sentido el uso en sus prácticas. Cuando pensé sobre el tema, inmediatamente me dije: ay, esto para mí es extractivismo intelectual. La verdad es que pensar en que alguien se interese en saberes desconocidos y luego no mencionar a la persona que se lo enseñó puede ser una dicotomía.
Desde la continuidad de los tiempos, la cultura oral ha trascendido gracias a la palabra. Esta ha sido la portadora de transmisiones que luego van haciendo cultura. Creo que a diferencia de otros tiempos más remotos en donde el tiempo no era un valor tan cuestionado, quizás permitía que las personas pudieran dialogar recordando en este diálogo, pasajes e imágenes de memoria que le permitían nombrar a las personas que le habían entregado sabidurías. Por otra parte, tenemos que pensar que en los lugares más lejanos de la hegemonía chilena centrada en las grandes bibliotecas, universidades y fuentes institucionales del saber, se percibía una consciencia de lejanía de estos centros y también se entendía una proximidad humana más notoria con las personas con quiénes conversabas, pues quizás se sabía o se tenía consciencia de que se estaba reproduciendo conocimiento en esa práctica.
Actualmente, Chile es un país centrado en el neoliberalismo, las personas agregan a todo tipo de prácticas un valor comercial. Seguido a una superficialidad en los diálogos que han brotado gracias a las pocas capacidades de seleccionar conversaciones que trasciendan lo que dicen los medios de información masiva o algún tema que pueda ser relevante y que te nutra de cierta sabiduría. Todo se vuelve tan efímero cuando dejas que los diálogos solo tengan una dotación de interés que aleja los crecimientos humanos.
Desde la comunidad mapuche, mi lamngen se queja de que existen personas que abusan de los saberes ancestrales. Muchas veces se los piden y luego se olvidan del camino. Desde la trayectoria que comienza en ese diálogo que tuvo la persona que se lo contó, hasta cuando lo usan para los fines que estimaron convenientes. Como por ejemplo, auto identificarse con esa sabiduría en primera persona y comenzar a dar uso de saberes como si fueran propios. Esa categoría de pensamiento basado en la superficialidad de la sociedad chilena actual, está siendo un peligro para las comunidades y las convivencias que necesitan pensarse y verse entre personas, para solo al menos recordar que frente a esa conversación había dos o más personas o dos seres humanos, intentando construir un diálogo en conjunto.
Si bien, han existido personas que han usado muy bien los saberes mapuches, tanto para trabajos intelectuales, obras de arte y de educación. También han existido otras que las usan y que luego, no se acuerdan de dónde provenían o bien, lo que más aqueja a mi lamngen: se las apropian como si fueran de ellos/as y hacen teoría.
Creo que en todo conocimiento que proviene de la oralidad siempre existió previamente una persona. Hoy existe mucho boom, sobre la apropiación cultural. Es un tema que se ha vuelto casi un estallido, algunos piensan que es posible y otras personas las cuestionan mucho. Yo buscándole un poco el sentido y siguiendo algunas malas experiencias que se intentan definir desde este punto de vista. Las llamo extractivismo intelectual, cuando es un saber que venía desde la oralidad y no se citó a la persona que poseía ese conocimiento, pero también añado que esta mirada no debemos ponernos tan críticos con las buenas intenciones que algunas personas tienen detrás de sus prácticas. Por ejemplo, en el arte, muchas son las músicas que se han inspirado en las culturas originarias y han aportado bastante al arte popular chileno, llenando de ritmos, sabores y colores a sus composiciones, hasta sumar a la identidad mapuche cuando se escucha un tema en mapudungun o que tiene mapudungun en sus letras.
La discusión estaría en la anulación de las personas que directamente le aportaron en sabiduría y en el uso que estos saberes portan. Sería interesante ser transparente con la pregunta ¿para qué? Dejando una transparencia sobre la respuesta acerca del uso de ese conocimiento como resultado final, en donde indique la trayectoria recorrida y que no culmine con conclusiones que señalen un trabajo propio o individual. Creo que esto es lo que más molesta a las comunidades mapuches que son muchas veces, las que más sufren de estas apropiaciones culturales. En ese sentido creo que eso es lo que más aqueja, la posibilidad de crear y construir conocimientos, teorías, obras de arte y otras prácticas pensando en que nadie estuvo detrás de lo que se consigue o lo que es más doloroso aún, crear sin pensar en la persona o desde dónde salió ese conocimiento que te permitió llegar a esa obra.
Si me lo permiten, creo que las prácticas que se cuestionan, responden más a dejar de lado la posibilidad de relacionarse entre personas como esta práctica lo exige. Vernos desde la misma horizontalidad que exige sentirnos personas independientemente desde la proveniencia o el origen, el color de piel o el idioma. Si aprendemos a situarnos en esa perspectiva, los saberes ancestrales mapuches serían un gran aporte a estas relaciones entre sujetos/as, la sociedad sería mucho más cultivada y tendríamos un futuro mucho más noble para las futuras generaciones.
Para que esto se cumpla ¿Qué tendríamos que dejar de lado? Quizás para responderlo, tendríamos que nuevamente pensar la clase y la raza, y agregar esta mirada humana que tanto nos aporta cuando queremos que persista un proyecto. El proyecto de una sociedad distinta, en donde las personas no sean categoría de posesión ni norma por el solo hecho de tener un color distinto de piel y un origen que no responde a la hegemonía.
En este último apartado, me permito pensar distinto también ¿Cuánto aporte tendrá hoy una persona que ha vivido continuamente en la exclusión y la periferia? Posiblemente mucho, si agregamos que la hegemonía ya se desintegró como proyecto y en donde la búsqueda de nuevas perspectivas son las que nos permiten seguir pensando nuevos caminos.
Hoy en pleno comienzo de un nuevo ciclo en la naturaleza, ad portas del solsticio de verano. Rogaría que las relaciones se vuelvan a construir entre personas y se valide la posibilidad de dialogar y hacer sociedad considerando la equidad, el respeto y las relaciones sociales que se enseñaban antes como proyecto de una buena persona y se dejen de lado, las violencias para comunicarse. Porque cuando ésta ya aparece, se quiebra la frágil relación basada en la horizontalidad entre sujetos/as y es muy difícil que se vuelva a recomponer, a pesar de que en el camino busquemos todas sus piezas para unirlo.
Porque cuando en una relación aparece Srta. Violencia, se rompe la equidad, viene la tiranía y llega La Muda y a la palabra, se la lleva el viento…
Marjorie Huaiqui Hernández
Con cariño a mi lamngen Katrilef para que se inspire en su nuevo tema de Hip Hop mapuche.
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Marjorie Huaiqui Hernández, poeta mapuche- champurria. © magíster en estéticas americanas, licenciada en educación, actualmente trabaja como maestra Waldorf con infancia. Escrito realizado para Katrilef, en la búsqueda de una inspiración para su nuevo tema de Hip Hop mapuche.