Sábado, Septiembre 7, 2024
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Cristián Livingstone: «En general, fue un trabajo bien independiente por decisión propia. “Caretas” tenía que ser así»

 

Periodista de profesión, Cristián  quiso ir más allá y tomó talleres literarios donde comenzó a escribir y llegó a Caretas, su primer libro, un trabajo lleno de cuentos inquietantes, profundos, interesantes que, como él mismo dice, necesita abordar temas contingentes. Te invitamos a leer la entrevista.

 

—Cuéntanos un poco de ti

—Soy papá, marido, hijo, hermano, amigo y un ciudadano que paga impuesto aburrido que vayan a parar a donde no tienen que ir a parar. Soy periodista de profesión y trabajo como tal. En paralelo, escribo una novela que sucederá a Caretas y desarrollo proyectos de ficción que buscan un hogar que los cobije.

Estoy convencido que la literatura chilena vive un apogeo como nunca de grandes escritores que están ahí, esperando, para dar el gran salto. Entre páginas, letras y polvo, está la receta que no requiere ningún tipo de quórum, para que Chile sea un mejor país. Leer abre la mente, sana heridas y te da perspectiva.

—¿Desde cuándo quisiste escribir?

—La verdad no lo tengo del todo claro. Siempre he estado en contacto con la escritura porque soy periodista. Sin embargo, el trabajo y la pluma es muy distinta a la que requiere un libro como Caretas a mí parecer. De lo que sí tengo certeza es cuando empecé a contar historias y pensar en la idea de hacer un libro de ficción, -porque había hecho uno biográfico-, pero es otra cueca. Esto fue de grande, hace cinco años aproximadamente. Tomé un par de talleres literarios que fueron el impulso necesario para lanzarme. Sentí la necesidad de hacerlo y tuvo como punto de partida observar situaciones que pasan en la sociedad y acaparan titulares. Son temáticas que no sé si la gente no las ven, o prefieren hacer que no las ven. El chileno es bueno para mirar para el lado. Por eso me parecieron interesante plasmarlas. No creo que para escribir haya que estar en un estado emocional determinado, pero en mi caso, la escritura llegó en un momento que sentía temor de no poder verbalizar u opinar muchas cosas que pensaba por miedo a las etiquetas. El nacimiento de Caretas tiene que ver con eso.

—¿Cuál es la importancia de Caretas?

—Pienso que la importancia de Caretas es que aborda temas súper contingentes como lo son la falta de oportunidades; el perdón; la dependencia a las pastillas; las apariencias; el bullying; el asfixiante mundo de las redes sociales. Aun así, la virtud es que las historias y sus personajes, pese a que existen dificultades en sus vidas, están conscientes de sus problemas, los enfrentan y se esfuerzan por ser mejores personas. “Caretas” se hace cargo, pero en ningún caso juzga.

—¿Cuál es tu fuente de inspiración?

—La vida. Las cosas que pasan y lo que observo en el día a día. Las alegrías y miserias de las personas. Lo paso bien porque, cada situación que veo, creo que puede convertirse en una historia ficcionada. Lo mejor está en la calle.

Por el lado de los escritores, son muchos, pero siempre está presente el punketa Michel Houellebecq y la maravillosa pluma y sensibilidad de Agnès Martin-Lugand.

—¿Qué opinas del formato cuento, como los tuyos?

—Me gustan. Son vertiginosos. Requieren de un ritmo y una pluma ágil al momento de narrar. Ahora, te soy sincero: cuando comencé a escribir lo que hoy es Caretas, no lo hice pensando «voy a hacer un libro de cuentos», no. Se fue dando espontáneamente, porque tenía más de una idea en mi cabeza. Además, encuentro que el formato es idóneo y casi una previa perfecta para soltar los dedos para que el siguiente trabajo sea una novela, por ejemplo.

—Si tuvieras que elegir entre uno de tus cuentos para hacer una serie, ¿cuál sería y quién serían los protagonistas?

—Esta pregunta es bien particular e interesante de responder, porque, a propósito de una serie, Caretas es un libro que lo realicé en paralelo a un proyecto de ficción que escribía. Las cinco historias de Caretas pueden ser una serie unitaria, porque tienen un lenguaje que genuinamente está ligado a la pantalla. Ahora bien, si me tengo que decidir por una historia y de ahí sacar ocho o doce capítulos para una serie, me inclino por la última, Cuando se apagan las luces.

Es la historia que veo con más carne y sostenible para hacer una serie. Tiene como eje principal el bullying y las secuelas que puede dejar para toda la vida. Lo peor es que con las redes sociales la propagación es más rápida y todo queda ahí para siempre. También aborda la crianza de un padre viudo con su hija única y los especiales vínculos que crean. Además, un matrimonio asfixiado por la dependencia a las redes sociales. Por último, toca la tecla de un mundo artificial que se arma en torno a los influenciadores, las fiestas y las redes sociales donde un like define el futuro de alguien tan insegura como la protagonista de esta historia que sufrió bullying cuando niña.

—¿Dónde podemos encontrar el libro?

Actualmente se encuentra disponible y con stock en las librerías Bookland (Providencia), Laberinto (Vitacura) Librería Escorpión (Providencia), Tienda Post (Providencia) y en la Qué Leo de Maitencillo. También lo pueden adquirir con su humilde servidor a través de mi correo.

—¿Cómo fue trabajar con la editorial?

—Más que trabajarlo con la editorial que aparece, me colaboraron dos escritores avezados con distintas miradas que fueron grandes guías en este proceso. En general, fue un trabajo bien independiente por decisión propia. Caretas tenía que ser así.

 

Francisca Gaete Trautmann
Francisca Gaete Trautmann
(Santiago, 1985) Periodista de la Universidad Gabriela Mistral. Ha trabajado para revistas, televisión y medios online. Ha seguido cursos de escritura creativa. Le encanta escribir, escuchar música. Vive en Santiago.
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