Con esta muestra o selección pretendemos abordar cuatro voces jóvenes que están dando que hablar en el panorama actual de la poesía chilena. Dada su entrega y pericia, los reconocimientos y admiración de los pares. Todas dan cuenta de una formidable consciencia del oficio y su quehacer, imponen con desenvoltura la propia voz poética, sellan con audacia los acentos propios de cada una dada su experiencia y matriz.
En un país machista, que hace menos de cien años premio con el Premio Nacional de Poesía después del Premio Nobel a Gabriela Mistral, nunca entendió la piedra fundamental que colocó Violeta Parra en el corazón de nuestra cultura, no reconoció a Maria Luisa Bombal, ahogó la obra de Teresa Wilms Montt o Winett de Rokha detrás del personaje, trató con displicencia la irrupción de Isabel Allende, taponó en su biografía a Stella Díaz Varín, desconoce el corpus de destacadas poetas que precedieron a Gabriela Mistral, entre tanta ignorancia, maldad y prejuicio.
Hoy el panorama de poetas y narradoras es contundente y arrollador. Mi tarea hoy es mostrarles a través de esta pequeña vitrina a cuatro poetas jóvenes trabajando en su voz. Espero pronto continuar con más poetas que están dando que hablar por su trabajo y dedicación en la poesía y el trabajo literario.
Constanza Paz Fernández Navarro, nacida en Santiago de Chile (2001) y estudiante de educación media. En 2017 gana mención honrosa en el 5to concurso de poesía juvenil Pablo Neruda, y participa en diversos talleres. En 2018 gana primer lugar en el V concurso de Biblioteca Kimün, Cajón del Maipo; y el tercer lugar en el II concurso literario juvenil del Cementerio Metropolitano. Luego, se incluye en la publicación de «Mi canto no termina», antología del concurso poesía juvenil de Fundación Neruda. En 2019 participa del 3º Festival de poesía La Chascona. Actualmente es parte del taller LEA y se prepara para dar la PSU.
Less Coke
Siempre preguntándote qué es poesía,
buscas las frases más empalagosas
y tu cabeza dice Let´s go! Less coke!
La poesía es el azúcar de la Coca Cola,
daña cuando vas sin ver y tú lees
Less
Less
Sigues con los ojos consumistas,
te tomas al seco este vaso de veneno let´s go! less coke!
Te impregnas de adictivos versos -como los más tristes de esta noche-
Hey oh, less coke!
La poesía´s international,
no existe un país de poetas.
¡Nevermore! le hagas caso a Beqcer,
poesía no eres tú ni nadie.
¡Nevermore!
pienses que eres tan importante.
Tu gordura de coke tampoco cabe en esta métrica,
el Poe si acabaría por emborracharse
para no ingerirla
mas las palabras seguirán en decadencia
ninguno de los presentes sabe lo que es
mientras una más lee, sabe less less less .
Poema chino
¿Has visto los poemas en vitrinas metálicas
entre el adorno de búho y las toallas higiénicas?
¿Alguna vez te fijaste del haiku tirado en el cajón de ofertas
envuelto por calzones amarillos?
¿Notas a menudo el soneto entre flores plásticas y Pokis de frutilla?
¿Pasaste por sección pesca y encontraste un koi herido?
¿Alguna vez hablaste con el encargado
y rezaste para que repita lo dicho?
-o si entraste buscando el aire fresco que Santiago carece-
¿Acaso te han creído ladrón en el pasillo 27
en el cual encontraste a tu ex comprando dildos?
Ahí es donde se oculta el poema chino
Tanteando entre el plástico y los pasillos eternos.
A ti, a mí
Extranjera sin rumbo
alguno que otro destino
me adoptará simplemente.
Lo de nómade no se va,
en el alma quedan huellas
nocturnas de calles solas.
Yo me escapo en cautiverio,
recobro la hambruna,
ingiero parajes febriles.
La luna me azota –entonces-
me vuelvo fugitiva imparable,
repiso las huellas del alma
sin rumbo, extranjera, te veo
a ti a mí en otro destino
que nos dejó prisioneras,
sin almas, en desencuentros.
Adoquín del 73
Adoquín de sangre, de pisadas. Adoquín de gritos de tortura.
A dónde se fueron las almas que resistieron a la torre,
a la cumbia insensata, al insano esparcimiento.
De los adoquines furiosos no pudimos salvarlos:
Recabarren, Silva, Ugarte. Nos dolió, protestamos
en busca de respuestas y justicia oculta.
Nos convertimos en mártires con un muro lleno de paradojas.
Se observan nombres y nombres sin una dirección fija
¡Los que saben, pues que hablen!
que el silencio está a punto de quebrantarse.
Cecilia Beltrami, alias Ninfa María, se formó como Psicóloga en la Pontificia Universidad Católica de Chile, incursionando literariamente en poesía, además de dedicarse a la performance y la fotografía. Ha publicado el poemario Líquida (2018), además de participar en diversas antologías (Poesía en Toma, Sin Fronteras (SECH V región), Horóscopo Andino (LEA) y, próximamente, en Tumbos) y ser publicada en distintas revistas virtuales (La Marraqueta, Grifo, Cine y literatura.cl, LP5) y en el próximo número en papel de Santa Sherwood. El 2017 fue seleccionada para formar parte de la XVII versión del concurso Santiago en 100 palabras. El 2018 se posiciona dentro de los mejores relatos del 1° Concurso de Minificción Zetta (Venezuela). Ha participado del 1° Festival de Poesía en las Escuelas, así como de lecturas poéticas en distintas instancias, tanto en Santiago como en regiones (IV y V). Participa de la creación de la obra de música contemporánea Satori, encargada del guión y en la interpretación coreográfica. Crea el texto de la obra The only lifeline, la cual ganó el 2° lugar en el concurso musical Alba Rosa Viëtor (Holanda) el 2018. Gestiona el ciclo de lecturas Poesía sin aplausos en la IV región y en Santiago durante el 2018 y 2019. Formó parte del Laboratorio de Escritura de las Américas, auspiciado por la Fundación Pablo Neruda, del cual el presente año es Coordinadora.
Pulpa
Se abrió
ya en el suelo
como fruta demasiado madura
reconocer que me gustas
Allí
esa verdad naranjita
con pulpa resplandeciente
pero de notorio cuesco duro
que te gusta otra
Las poema
Con las bellas envahecidas
Sentadas en el pasto, fotográficas
Labios purpúreos sumidos en hilos-humo
Pestañas cada vez más luces
El pelo impulsivo de tanta posibilidad
Una hilera de nombres propios saliendo de una
tratando de anudarse a la otra
la otra, ese misterio profundo y bello
Sí, todo es hermoso
nadeamos en glitter
miramos las tortugas deformes de cielo
guardamos las penas para
ese después que ojalá no existiera
Juntas soplamos ramas etéreas
y promesas que mañana serán blancas
Mi brazo te abraza para abrazarme a mí misma
respetamos ese ritual
nunca decir-cortar
sólo decir-soplar
fijarnos al contorno luminoso
el centro es demasiado horrible
demasiado tieso
lleno de verdades
que no riman con los tonos de la tarde
El rito gira en sí mismo
unidas por los bordes
La belleza,
eso indomable emanando en cada una
¿acaso importa algo más?
Si todo suele ser ilusión
mejor soplar palabras
sueltas y recicladas
desproporcionadas y llanas
crudas y glamorosas
a veces derretidas
y escuchar el aplauso de las hojas
No hablar de la vida forastera trilobita
hablar siendo el poema
que nunca se cierra
aplastar el $entido
ama(s)arlo
con la sonoridad lila de nuestras risas
las ideas se destejen
se evaporan hasta la punta de esta araucaria
acompasadas por trinos de micros y vendedores de
trufas, pies descalzos
Las ganas ya crujen
siempre algo entre mis dedos
más hebras
ríen y se aburren
sedientas
entonces,
Vino para quedarse
hasta que el azul se haga negro
y los ojos se hagan baile
No soy pez
No soy pez
pero mis alas baten por nadar
atravesar tu garra laberinto
sus litros y litros de agua
sólo me hacen desear más
la superficie
donde no hay burbujas rugido
No soy pez
no tengo agallas
suelto todas mis burbujas
y me dejo flotar
hacia arriba
desde adentro no alcanzo tus oídos
Salgo
tus rugidos submarinos me siguen
inquietas tus garras
perdidas en t o r p e s m o v i m i e n t o s
s a l p i c a s
La nieve se derrite
No soy un tigre
sino un espejo
siento amor y miedo
de tu luz azul que quema
No encuentro tus oídos ni mi boca
No soy un pez
siento vergüenza
de mis alas pequeñas
Miro desde un árbol
tus ojos llenos
imploran una señal
abro mis alas rubicundas
tú me silbas sucio
Mi boca…
debo haberla dejado en tu garra
No soy un pez
¿puedo ir por ella?
Espero
a que mis alas se sequen
Y tus garras se detengan
¿Me dejaré crecer las agallas?
¡Voy!
tus fractales me observan en picada
tomo de vuelta mi boca
y con ella vierto sobre ti
negro y gris
Tu luz oro p a r p a d e a
s e ñ a l e s d e s o c o r r o
Hasta la bahía se ha vuelto blanca.
Himno
Este es un himno a las decepciones,
a las frustraciones
a todas las cosas grises
que me quitan las ganas de parir
parir sueños, parir futuros
partir a desear un lugar en alguna idea
Habito un grito largo
tan largo que ocupa décadas
que se replica en cada boca
mía y ajena
estrangulando otras palabras que nos gustaría decir
Sí, dije himno
porque de cada espina que me saco
fluye
un
chorro
un rastro carmín que dibuja la línea de mis desatinos
y se hace más gruesa por los de otros
¿QUÉ?
He estado tanto rato dentro del grito que estoy un poco sorda
pero nunca ciega
es cierto, he querido cerrarme la sensibilidad
porque esos golpes dicen
vas a morir
VAS- A- MO-RIR
pero antes
vas a sufrir
y antes de eso
a gozar
a gozar tanto que no vas a querer sufrir ni morir
tanto que vas a ponerte una venda para no ver los chorros
y el camino que se detiene a tus pies
coagulándose
Los ciegos
-aparte de sordos-
no ven la piscina que los ahoga
invitan a otros a un abrazo
y no les dejan sacar su cabeza al aire
Sí, himno. Aunque me de asco esa palabra
Sólo las decepciones me han hecho correr
me han hecho huir del charco rojo
correr y gritar
NO QUIERO CEGARME
NO QUIERO PARIR
NO QUIERO MORIR
Claudia Jara Bruzzone, Valdivia (1986), Poeta residente en Temuco. Estudió pedagogía en castellano y comunicación en Universidad de La Frontera. En el año 2014 unos poemas suyos aparen en la publicación Plexo Perú: Poesía y gráfica Perú-Chile. Participó brevemente en la editorial autogestionada Venérea Violenta, donde publica el año 2015 la plaquette Cartografía de la ausencia. El año 2018 editorial Cagten, de Temuco, publica su libro Desove. Ese mismo año se adjudica la Beca de Creación Literaria del Fondo del Libro, con el proyecto Luz de estrellas muertas, obra en la que se encuentra actualmente trabajando.
A ratos
Ya pasó tu hora Emile Armand,
la gente va por las calles buscando un dueño
– un cuello en busca de su collar –
El abandono debe tener gracia:
la vieja metáfora de la catedral y las iglesias.
Mis amigos hablan de amor
con la pasión de ir al supermercado;
compran té, azúcar, arroz,
a veces tomates,
naranjas en otoño.
Hablamos del té,
cómo prepararlo:
té con limón, té con miel;
hablamos también del invierno,
de la primavera que está por llegar,
de los viajes que vendrán.
Se anuncian las partidas:
terminales, buses, trenes,
barcos, aviones;
los ticket al otro lado de la cordillera,
las primeras lejanías.
Me preguntan si llueve
a ratos
a ratos sale el sol
como en todas partes, les dije.
Acerca de cómo contemplar El hijo del hombre
A Raúl
Los hermanos caminan descalzos por la arena,
bajo las piedras viven pancoras
que coleccionan en baldes,
las dejan morir al sol junto a trozos de vidrios de mar;
la primera inocencia ante la muerte.
Siguen ahí,
contando cisnes.
Minutos de un reloj sin cuerda,
secuencia de un rollo fotográfico develado;
sin embargo, este no es un cuadro de Magritte,
la madre tiñe de rojos sus labios,
el padre mira futbol por la televisión,
los hermanos vuelven del colegio.
Recapitulando, esta es la familia:
dos mujeres, dos hombres,
sentados a la mesa un domingo.
Guarda las fotografías
no olvides mi cara, no cambiara tanto;
envía mi almohada,
el olor de esta no me deja dormir.
Estos son los minutos del hermano,
los muebles están sucios para él;
el hijo menor es ahora el único de los hijos,
su condición lo obliga a alimentar el fuego;
existen vacíos que solo se llenan con leña seca.
Aquí estoy,
me han crecido los huesos
se ha engrosado mi voz
y no estás.
Los hermanos son ahora,
un joven,
una joven,
separados por el vaivén de una barcaza que no llega a puerto,
maniobras de atraque fallidos,
el capitán anuncia:
No llegarán.
No soporto más,
los números se me repiten,
Ícaro es un estudiante que se lanza del cuarto piso.
Estos pueden ser algunos intentos de retorno:
una hija y su padre caminando por la playa
mientras el camino se bifurca,
la mujer que vino de un mundo paralelo,
el afortunado que encuentre el último decimal de pi.
Esta es la única decepción:
un hijo único
que vuelve a ser el menor de los hermanos,
así viven las pancoras bajo las piedras.
Este eres tú Raúl, cargando a tu hermana.
Recapitulando esta es la familia:
Dos mujeres, dos hombres, ahora un perro
sentados nuevamente a la mesa un domingo.
Los hermanos despiertan a mitad del sueño.
En el Cautín la leña no seca
y caminan por la ciudad con olor a ropa mojada.
Yo cuidaré de ti,
preguntaré si estás viva,
preguntaré dónde estás
Este es el tiempo,
un reloj a cuerda,
dos navajas cruzadas que anticipan lo que vendrá.
Los hermanos contemplan
El hijo del hombre.
La cara detrás de la manzana podría ser la tuya Raúl,
podrías ser tú frente a la bahía de Chaitén.
Ahora me preguntas por las fotografías de niños,
Y sin embargo, este no es un cuadro de Magritte.
Taxi
Hace rato que miro Caupolicán
pensando en Tokio,
el decorado neón de las calles,
cartografía universal del mercado;
nada tiene que envidiarle la jornada laboral
al kamikaze de la segunda guerra,
nada tiene que envidiarle el edificio en construcción
a la geisha que subastó su virginidad.
Y sigo,
voy en taxi pensando en Tokio,
el taxímetro, una sutil forma de calendario:
sólo números sucediéndose.
Es evidente,
nada de esto tiene sentido,
lo importante ocurre siempre
al final del camino.
Todo se reduce a ver una luz encendida
al llegar a casa.
Jessica Sequeira, San José, California (1989), ha publicado la novela Una ostra furiosa (Dostoyevsky Wannabe), la colección de cuentos Rombo y óvalo (What Books) y la colección de ensayos Otros paraísos: Acercamientos poéticos al pensar en una edad tecnológica (Zero), y ha traducido más de 15 libros de escritores latinoamericanos al inglés. Actualmente vive entre Cambridge (Reino Unido) donde cursa su doctorado y Santiago donde colabora con la Fundación Pablo Neruda. Realizó la edición y traducción de Santiago (Dostoyevsky Wannabe, 2019), una muestra de 28 autores chilenos para la prestigiosa editorial de Manchester, un hito que da a conocer un panorama amplio de narradores de manera bilingüe en un catalogo que busca reunir autores a través de una veintena de las urbes más importantes del mundo. Su novela Una ostra furiosa, tiene a Pablo Neruda como eje central de una investigación cientifíca a través de las tormentas. Pronto irá a Zurich a dar un taller «Playful and Poetic. Creative Responses to Technology» en la Zürcher Hochschule der Künste (Escuela Superior de las Artes de Zúrich) y durante septiembre dictará otro en el Espacio Estravagario de la Casa-Museo La Chascona: «Reescritura del viaje a Oriente de Pablo Neruda».
Taking stock
¿Es la mejor manera de preparar una sopa
seguir sus instrucciones?
Por supuesto, una pregunta
que no tiene nada de ociosa
ya que cada día los precios de la sopa de lentejas,
espinaca, tomate, por ejemplo sube.
Y claro, mi necesidad de alimentarte
es constante.
¿Cuál es el mínimo de ingredientes
que podría usar
sin dejar de nutrirme?
Los libros de cocina me aburren,
normalmente trabajo por intuición.
Pero ahora miro de reojo
alguna gastada cosa en la alacena
pensando en cuál de estos aliños
fue el secreto de una mujer
de otra generación.
Quizá sea toda una cuestión
de presentación,
usar un bol más pequeño, poner una cucharadita
de esto o lo otro, la guarnición.
¿O sería mejor darte
mi parte, día tras día
pasármela sin comer,
atrofiarme?
¿Lo permitirías? ¿O preferirías
que te dé a comer solo agua caliente,
mientras yo me vuelvo
gloriosamente gorda?
¡Qué lástima que no pueda preparar una sopa
con preguntas retóricas!
Acto sagrado
Sentarse en la plaza es un acto sagrado:
un hogar por unos minutos, público pero tuyo
un refugio donde es posible diseñar ciudades en la propia cabeza
armar cajas de Joseph Cornell con ramitas y pasto
o hacer pequeñas pinturas de Pollock
salpicando, desde la fuente, gotas de agua en el pavimento.
aquí, por fin, uno puede estar lejos de lavar los platos
—¡esa religión tan falsa, tan vil!—
para acercarse a una verdadera religión de la naturaleza.
Tiranos
Los tiranos del mundo son padres cansados
que deseen regañar a sus hijos,
ciudadanos del caos, para hacer
las cosas funcionan, de una vez por todas,
¿lo entiendes?
Los niños no entienden
o no crean o no desean
tal orden, y así con sus juguetes,
no construyen torres,
cuerpos o estructuras gubernamentales
de igual pragmatismo,
sino se entregan
a risas y lágrimas, sin motivo,
sin rima, sostenidos
por la nota primordial del universo.
Claro
Durante un momento, a pesar de todo,
decidí olvidarme y caminar a ciegas
en el bosque, trepando árboles,
jugueteando con ardillas como compañía,
fuera del tiempo o en la antesala
de un tipo diferente de tiempo.
Tal vez la historia lo incluya todo
excepto este momento
sin aliento, este pequeño claro.
Grúa
dentro de la mente
una grúa funciona
levantando cajas
bajándolas a otra parte
vaciando arena vieja
levantando productos
que acaban de llegar:
dentro de la mente
una grúa se mueve
preparando
los edificios del mañana
siempre trabajando
en el proceso
de creación