Leer a Horacio Castellanos Moya es siempre un lujo. No solo por ser esa pluma inteligente que nos entretiene y enseña a cómo construir literatura, también porque documenta periodos latinoamericanos históricos, entendiendo que absolutamente todo depende de su tiempo social.
En Roque Dalton: correspondencia clandestina y otros ensayos, analiza la figura del guerrillero salvadoreño Roque Dalton. A partir de un análisis literario-detectivesco, va desentrañando todos los mitos que existieron en torno a su muerte. Por un lado, se habló que Dalton fue un agente encubierto de la CIA, que construyó todo un personaje para no ser descubierto y llevar información de inteligencia hacia Norteamérica. Por otra parte, se sostiene que fue un poeta fiel a la revolución que hizo toda su vida por la conquista de un ideal y que murió batallando por ello.
Castellanos Moya ingresa en la correspondencia inédita que Dalton sostuvo con su mujer y su madre antes de ser asesinado por sus propios compañeros de guerrilla. Las preguntas abundan y las respuestas son escasas, por lo mismo, asistimos a un texto híbrido que trabajando desde la fuente y la ficción reproduce distintas hipótesis sin nunca apartarse de la verosimilitud y la historia de El Salvador y el continente.
El libro no es solamente (re) descubrir la figura de Dalton, es también un viaje por la existencia de Castellanos Moya, un escritor del siglo XX latinoamericano que observa su vida de adolescente, las distintas masacres a las que fue sometido su pueblo (incluyendo a curas obreros como monseñor Romero) y el exilio como una ecuación constante a la que volver en cada una de sus novelas. La figura del hombre que no puede regresar (la patria como un castigo), sus pesadillas y recuerdos familiares, esa imposibilidad en donde se narra lo público desde los códigos que abundan en lo íntimo.