Conversamos con Eugenia Lorenzini, directora de Editorial Forja, quien nos contó sobre el crecimiento de las editoriales independientes a nivel nacional, en las cuales se escribe más en el país y la importancia que tiene ser parte de una editorial.
–Cuéntenos de cómo nace Forja
-Estudié literatura y tener una editorial fue un sueño largamente acariciado. Pasó un buen tiempo antes de que pudiera concretarlo. Me dediqué a dar clases varios años y a escribir. Cuando terminé Después de ayer, mi primera novela, la presenté a una editorial independiente de mucho prestigio que aceptó publicarla. Eso me dio la seguridad que necesitaba y decidí, antes de que la publicación se concretara, que si creía en mi libro podía iniciar con esa novela mi proyecto editorial.
Después de ayer finalmente salió bajo el sello Forja y comenzó a darse como lectura en muchos colegios, incluso los emblemáticos, lo que nos abrió las puertas de las librerías. Después de esto y de acondicionar el garaje de mi casa como oficina,empezaron a llegar a Forja manuscritos de otros escritores de mi círculo cercano que cumplían con la línea editorial que nos habíamos propuesto. Esto es, obras con una clara tendencia política y valórica en las cuales se hiciera hincapié en el respeto por la democracia y los derechos humanos, junto con aceptar y valorar las diferencias.
A corto andar, gracias a la ayuda de un amigo de mis hijos, tuvimos nuestra propia página web, lo que nos permitió llegar a un grupo cada vez más grande de autores. Fuimos creciendo y finalmente nos cambiamos a la casa de General Bari 234, Providencia, donde se encuentra Editorial Forja en la actualidad.
–¿Cuál fue el propósito de crear la editorial?
-Principalmente abrir un nuevo canal a las voces de los escritores nacionales y colaborar para entregar al público lector una mayor diversidad de obras.
–¿Cómo llegan los escritores a ser parte de la editorial? ¿por convocatoria u otro mecanismo?
-Muchos han llegado por recomendación de otros escritores, pero otros tantos postulan con sus manuscritos a través de la página web y un comité editorial selecciona los que saldrán bajo el sello de Forja. No hacemos ningún tipo de promoción ni concurso. Creo que nos ha funcionado el «boca a boca».
–¿Cómo ve Forja a las editoriales independientes?
-Editorial Forja es una de ellas, pertenecemos a la Asociación de Editores Independientes de Chile. Gracias a este tipo de editoriales los lectores pueden acceder a una mayor diversidad de libros y a autores de gran calidad que tal vez por dedicarse a una literatura de nicho o de culto, o bien por no ser súper ventas, no se publicarían de otra forma. Son las editoriales independientes las que dan a conocer a las nuevas figuras dentro del libro nacional.
–¿Cree que al país le falta más cultura literaria o ya ha comenzado a crecer más ambiente para las letras?
-A juzgar por la cantidad de manuscritos que nos llegan y por su calidad, creo que podríamos decir que se está escribiendo mucho en Chile. Qué duda cabe de que tenemos grandes escritores. Sin embargo, se lee mucho menos de lo que uno desearía. Creo que necesitamos políticas públicas que fomenten más la lectura, y permitan tener un mayor acceso al libro y a los autores nacionales.
–¿Dónde podemos encontrar sus publicaciones?
-Tenemos una buena distribución. Nuestros libros impresos están a la venta en nuestra propia página web, en las cadenas del país: Librerías Antártica, Feria Chilena del libro y en muchas librerías como Lolita, Librería Universitaria, entre otras. Todas las publicaciones de los últimos cinco años, al menos, han salido también en formato electrónico y se encuentran en las principales tiendas del ramo: Amazon, Patagonia ebook, Barnes & Noble por nombrar algunas. Además,la empresa internacional Storytel se interesó por una docena de nuestros libros, los que ya están convertidos en audiolibros. En su página web podrán encontrar Vida de perras de Teresa Calderón, Este cuerpo, ¿es mío? de Felipe Ramírez, Amor de clones de Alicia Fenieux y Escucha, corazón de mi autoría, y varios más. El audiolibro es una grata forma de aproximarse a la literatura.
–Han aparecido nuevas editoriales chilenas en los últimos diez años, ¿cómo ve ese boom?
-Con muy buenos ojos, porque nos ha permitido tener una mayor oferta de libros nacionales. Solo espero que esas editoriales puedan permanecer en el tiempo.
La situación de la industria del libro en Chile es bastante crítica en estos momentos.
–Tienen muchos estilos de libros, ¿cómo van seleccionando los temas?
-Comenzamos con una línea de libros muy específica, como te mencioné, principalmente novelas, muchas de ellas ambientadas durante la dictadura, ensayos testimoniales y obras que ponían el acento en la valoración del que es diferente, etc., pero de a poco nos fuimos abriendo a otras temáticas.
A modo de ejemplo, nos dimos cuenta de que había un nicho importante para la literatura fantástica y fuimos los primeros en publicar a varios autores que se han convertido en un referente de este género en Chile. Entre ellos quisiera destacar a Alicia Fenieux, quien recibió con una de sus novelas el premio a Mejor Obra Literaria, entregado por el Consejo de la Cultura. Ella también está siendo publicada en España e incluso tenemos volúmenes de sus cuentos traducidos al inglés.
Luego nos ha motivado la literatura de género y ahí tenemos a reconocidas escritoras como Iskra Pavez con su libro testimonial La niña liberada,y a Paulina Herrera con Mariposas en la escalera (historia del peor abuso), por nombrar algunas. Por otra parte, gracias a haber encontrado a magníficos traductores, hemos publicado nuestras propias traducciones de libros clásicos, como Frankenstein, Narraciones extraordinarias, Papaíto piernas largas, Sin familia, entre muchas otras.
–¿Qué ha sido lo complicado y menos complicado de tener una editorial independiente?
-Es complicado no poder competir en igualdad de condiciones con las editoriales transnacionales. No contamos con el apoyo ni los recursos. El resto son puros agrados y satisfacciones.