De paso por Chile, la cineasta, periodista y guionista suiza, Eileen Hofer, presentará este próximo miércoles 27 de marzo a las 18:00 horas, en la Librería USACH de Barrio Lastarria, un libro biográfico en formato de cómic que recorre la vida de la mítica y talentosa Audrey Hepburn. Ilustrado por Cristopher, el volumen de 320 páginas, publicado por la editorial española Aloha!, centra su mirada en distintos episodios que forjaron el carácter de una de las actrices más recordadas del siglo XX.
Eileen Hofer se encuentra en Chile para investigar acerca de la vida de su compatriota Gilbert Favre y su relación amorosa con Violeta Parra. A horas de presentar su libro en Santiago, conversamos con ella sobre éste y otros proyectos.
— Eileen este miércoles vas presentar en Chile una biografía en cómic sobre Audrey Hepburn, ¿qué significa para ti como cineasta y como mujer rescatar la vida de una de las figuras más legendarias de Hollywood?
— Como cineasta lo que hice estos últimos años fue ver películas recientes y no había tenido muchas oportunidades de ver clásicos, así que con este proyecto, y a través de Audrey, abrí las puertas del cine norteamericano de los años 40, 50 y 60.
De los 40 porque, aunque ella empezó a trabajar con Billy Wilder en los 50, a él le encantaba el cine de Ernst Lubitsch, director de los años 40, así que cada vez que terminaba de ver una película tenía que ver otras cinco, porque después de esas películas me venía la idea de ver otras de Cary Grant o Gary Cooper o de los actores con los que ella actuaba y vi, no sé, quizás unas cien películas gracias a este trabajo.
Como mujer lo que me encantó fue descubrir su carácter. La verdad es que lo que conocía de Audrey era que ella había vivido treinta años en Suiza, a casi una hora de mi casa, pero lo que recuerdo de niña, cuando yo tenía como trece o catorce años, era ver en los noticiarios en la televisión a esa señora muy delgada, un poco anciana ya, cercana a los sesenta años, acariciando a gente en África, a niños en Somalia, en Sudán.
O sea que la primera cosa que recuerdo de ella como mujer es ese carácter fuerte, a pesar de ser delgada, una mujer que era encargada de Unicef y que estaba utilizando su nombre y su apellido para poner el foco sobre lo que ocurría en África, porque nadie sabía que allí la gente se moría de hambre y verla en la televisión me sorprendió por lo linda y guapa que era esa mujer. Entonces me dije que jamás me iba a hacer cirugías, porque esa señora nunca se había hecho cirugías en su cara. Era muy linda y me gustó su carácter muy fuerte, lo que descubrí cuando comencé a leer sobre su vida.
— ¿Por qué llamó tu atención este personaje?
—Fue Christopher, el ilustrador, quien me contactó para escribir el guión. Él siempre había sentido pasión por Audrey y buscaba una mujer para escribir sobre su vida. Entonces empecé a interesarme por su carrera, la que desconocía bastante en ese tiempo. Sabía perfectamente quien era, había visto como tres o cuatro de sus películas, pero nunca había leído una biografía sobre ella y así fue como empecé a interesarme.
— ¿Cómo fue el proceso de documentación?
—Yo me encargue del guión desde el principio y después de más de un año de trabajo —porque tuve que leer y ver muchas películas— mandé la primera versión a la editora francesa y a Cristopher, pensando que iba a tener que retocar muchas cosas y que íbamos a llegar a una versión 15 antes de empezar a dibujar. Al final los dos dijeron que la primera versión estaba perfecta, así que me quedé sin trabajo y pude seguir con mis otros proyectos. Casi un año después Cristopher empezó a dibujar y luego de eso comenzamos a trabajar juntos, porque habían cosas que teníamos que cambiar entre los dos, como decidir si poner un enfoque sobre tal tema u otro. Por ejemplo a mi me parecía fundamental hablar de la ausencia del padre de Audrey, quien desapareció durante la Segunda Guerra Mundial y del que ella nunca supo si seguía vivo o había muerto. Solo diez o quince años más tarde, cuando ya era una estrella, su primer marido, Mel Ferrer, lo encontró con apoyo de la Cruz Roja.
El padre de Audrey vivía en Irlanda y fueron a buscarlo, pero para ella significó un vacío muy grande en su corazón, siempre resintió su ausencia y nunca pudo entender por qué jamás la llamó. Ella una mujer muy célebre, muy famosa, que salía en todas las revistas, era tan sencillo como decir «yo soy el padre de Audrey y quiero hablar con ella», no es que ella hubiera desaparecido, así que nunca entendió su falta de interés y eso fue muy importante en su vida. Cristopher, por ejemplo, quería hablar sobre este episodio solo en una página y yo decidí que no, que había que dedicar mucho más espacio para contar esto que para ella había significado un gran trauma.
— ¿Qué aspectos de la biografía de Audrey Hepburn no conocías y te sorprendieron con este trabajo?
—El aspecto de la biografía de Audrey que no conocía entonces era su infancia. Yo estudié historia en la universidad, estudié historia, historia del arte y español, entonces la historia siempre me interesó, y de hecho en este libro lo que intento hacer, igual que lo hice en el primero y lo estoy haciendo con el tercero, es utilizar la historia de una persona y ponerla dentro de la gran historia del mundo, así que con Audrey lo que descubrí era esa infancia bajo los nazis que gobernaban Holanda, un país que tenía que ser neutral porque durante la primera guerra mundial se quedó neutro, al igual que Suiza, que es de donde yo vengo. Pero durante la segunda guerra mundial los nazis invadieron a Holanda en 1939 así que ella se quedó hasta el 45 en un país con nazis que estaban por todas partes y con judíos que pasaban delante de sus ojos, a los que subían en un tren y los enviaban a Auschwitz, aunque ella no sabía entonces dónde iban, pero recuerda muy bien que llevaban la estrella amarilla de David y eso también lo puse en el libro.
Dediqué casi 80 páginas a contar ese episodio porque me parece que eso selló muy fuerte su carácter, su cuerpo era muy débil porque había una carencia alimentaria muy potente. No sabían dónde comprar comida y se nota en su cuerpo. Su generosidad hacia los demás y lo que hizo para Unicef viene de ese momento en el 45 en que ella recibió ayuda y apoyo de asociaciones extranjeras que vinieron con comida. Para ella fue una forma de devolver eso cuando ya tenía 60 años y se había vuelto una estrella.

— ¿Cómo abordaste la historia para construir el guión? ¿Dejaste de lado algún aspecto de su biografía que fuese complejo?
—Antes de construir el guion ya sabía que tenía 320 páginas, eso era fijo, o sea que sabía que la última página se llamaba FIN y que yo quería añadir una entrevista con Luca Dotti, el hijo pequeño de Audrey Hepburn, entonces tuve que empezar a construir el proyecto alrededor de su biografía. No queríamos complicarnos la vida así que empezamos con su nacimiento y acabamos con su muerte, de forma súper lineal, porque había muchas cosas que decir, así que empezamos con el guion.
— ¿Por qué optaron por un arte de líneas en blanco y negro?
—El blanco y negro ha sido una decisión de los tres, Cristopher, la editora y yo, porque tienes que leer 320 páginas llenas imágenes y te cansas si hay colores, para el ojo es más sencillo leer algo que esté en blanco y negro.
—Antes publicaste una novela gráfica llamada Alicia, dedicada a la bailarina cubana Alicia Alonso, y ahora estás en Chile para documentarte sobre la vida de Violeta Parra, ¿qué te lleva a indagar en la vida de estas grandes artistas?
—Yo hice un largometraje documental sobre Alicia Alonso, a la que encontré en Cuba, pasé tres meses allá. Se estrenó el 2015 y después de 10 años de trabajar como cineasta, la verdad es que me cansé mucho, porque siempre hay que buscar dinero, tenía que trabajar con 40 personas y es muy lento el proceso de hacer una película. Yo quería poder viajar con mi computadora y estar en cualquier parte del mundo y seguir trabajando. No creo tener el nivel para escribir un libro sin imágenes, me gustaba tener las imágenes que podrían aportar a mis guiones y la novela grafica salió como algo que quería intentar, un medio nuevo en el cual quería desarrollar mi carrera y empecé con Alicia Alonso porque es una mujer muy fuerte, muy valiente, que tenía un hándicap: se volvió ciega y siguió bailando como primera bailarina absoluta o sea que superó su problema de visión para seguir su deseo de ser la mejor bailarina del mundo y eso me pareció muy fuerte como mensaje para compartir con los lectores.
Con Audrey, ella tenía un carácter bastante fuerte como te lo mencioné por sus experiencias traumáticas de la segunda guerra mundial y no empecé con Violeta Parra, si no con Gilbert Favre, que fue su novio durante más de 5 años y que vivió en Suiza, en Ginebra, mi ciudad.
Yo me enteré de eso, ese fue el punto de partida, desconocía todo sobre Violeta. Y de repente, al leer un poco sobre la biografía de Gilbert Favre, me di cuenta de que antes de salir con Violeta se había enamorado de otra mujer muy famosa en Suiza que se llama Grisélidis Réal y después encontró a Violeta. Entonces busqué por internet quién era esa Violeta y descubrí toda su carrera y quedé muy impresionada.
Después, Gilbert se fue a vivir a Bolivia, empezó a tocar quena, a ser muy conocido con el grupo que creó que se llamaba Los Jairas, grupo neofolclórico boliviano, con su peña como la que los Parra tenían en Santiago. El abrió su peña, la Naira, en La Paz y tuvo mucho éxito también a finales de los sesenta. Entonces en este viaje me pasé 30 días de Santiago hacia el sur para explorar como era la vida de Violeta, me encontré con unos mapuches, pase tres días en casa de una machi, , pasé por Chillan, San Carlos, San Fabian de Alico.
Viajé por el sur, hasta Punta Arenas, donde también hizo unos conciertos, pero no era solo para descubrir lo de Violeta sino también por curiosidad propia, de descubrir Chile y últimamente subí a La Paz y pasé 8 días entrevistando a mucha gente que conoció al «Gringo» como se llamaba a Gilbert Favre, así que fue muy emocionante poder descubrir un poco más acerca de este hombre suizo que viajaba con solo su quena en la mano, nada más, ni un duro ni un céntimo, ni nada. Y a través de su carrera y su vida, pues por supuesto voy a hablar de Violeta. Voy a hablar de esa otra mujer, Griselidis Real, y también de sus otras mujeres, puesto que se casó con Indiana que era boliviana, — quien ahora es Indiana Favre— y otra con la que después se casó y con quien vivía en Suiza.
—¿Será un cómic también?
—Sí va a ser una novela gráfica, ya tengo el ilustrador que es suizo y estamos hablando mucho porque saqué miles y miles de imágenes para poder ayudarle a dibujar un poco lo que era Chile.
— ¿Es tu primera vez en Chile? ¿Cómo ha resultado esta experiencia?
— Es mi segundo viaje en Chile, la primera vez viajé como periodista en un crucero desde Valparaíso hacia Lima, así que entraba en el país pero solamente con un grupo turístico. Salíamos y subíamos de nuevo al barco.
Esta vez vine solo con mi mochila y he viajado en bus, auto, avión, tren y la verdad es que me encantó este viaje porque me encontré con gente muy linda y generosa. Pasé horas hablando con no sé cuántas personas. Tengo como 60 horas de entrevistas porque todo me interesaba y me lo pasé muy bien, tengo muchas ganas de volver a Santiago a compartir el libro sobre Violeta con el público chileno.
— ¿Qué esperas de tu encuentro con el público chileno?
— Yo no espero nada más que pasar un rato agradable, reírnos y contestar a todas las preguntas que van a tener los que asistan.