Catalina Amaire nació en 1990. Estudió Letras en la USAL, en Buenos Aires. Escribe para satisfacer la picazón que le produce la ansiedad continua. Espera que a través del arte se pueda armar un futuro más ameno para la comunidad de seres humanos que necesitan de la cultura para poder empatizar con las vivencias y energías de diferentes e iguales condiciones corporales, físicas y cósmicas gracias a los factores de tiempo y espacio. Disfruta de poder observar las diferentes ramas de la existencia, desde un niño en bicicleta hasta las gotas de niebla en el aire. Espera alguna vez comprender qué es la felicidad. Actualmente, reside en Santiago, Chile.
En este mundo
Dentro de este aquí y ahora,
veo como cuerpos indecentes
luchan a la podredumbre de mente
escupiendo
lo muerto de su cansancio
producto
de eternos reproches
de mentiras ingratas
Desde este ahora y aquí,
el fuego introduce a la consciencia
en las miradas de incomprensión
de jóvenes
buscando
entre las cenizas
la evidencia que
halle el origen de
la rebeldía
En la contemporaneidad,
el bien común canta
entre los barrotes de su libertad,
susurrando,
habla de un viaje
en libros
onomatopéyicos
del movimiento del subterráneo
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El Subterráneo
El tren que
por debajo de la tierra
mueve seres humanos
es un ecosistema de bacterias
En cada ciudad
tiene un olor particular
de quienes comparten
esos vagones
sin nada de particular-
Es un sonido monótono
como cuando se chupa
el agua del mate hasta la última gota
o la estática
de la radio cuando se aleja de la capital
Se conoce a todos los personajes
de la selva en la que habitan
los tigres gruñendo bajo
suben y bajan en cada
Estación
Las ballenas
no encuentran donde poner
las aletas cansadas
y aguadas sin
chapotear
Me gustaría ser pájara
ver al puma
jugando con
los venados
Entender a
son seres
solares
como naturales
En una manada
en la que se han de encontrar.
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Sin panal
Hay una
abeja borracha
escondida en hojas
amarillas.
Deshilachado
se encuentra el aire.
Fumigados
los atardeceres.
Descolorida
la azucena
que ve como
afecta a la abeja
estar
así
Los cristales
no son destinos
que la abeja
recuerde.
Se retuerce
sola
en ese
sacrilegio.