Por Esteban Cañuta
Tu imagen está deformada en mi mente
Mi ignorancia y sentimientos
Mantienen mi corazón confundido.
Estuve ahí toda tu vida
—Quédate en la mía, por favor —recé a eso de las 9 de la mañana.
Podría decir tanto de un desconocido y tan poco de ti y, aun así, fue suficiente.
Enterrarte fue un alivio, ¿por qué todavía tengo que cargar contigo?
Estás en mis cicatrices
Dejaste tu cuerpo, yo nunca te dejaría entrar, pero las llaves no fueron mías por mucho tiempo
Alimentándote de mí en lo oscuro, te veo y quiero más.
Maldigo todo lo que usaste en mi contra
Todo lo que hice por una sonrisa
El aborrecimiento que lamento idolatrar
Desorbitados están mis ojos por buscarte.
El sabor de mis lágrimas es cansador y agridulce.
Pienso que nuestras vidas pudieron terminar igual
No te culpo por eso, simplemente no entiendo por qué estoy aquí.
Ahora el sol alumbra y me gustaría que lo vieras.
La conversación que nunca empezó
Te amo tanto
Tristemente este es el amor que conozco y que te puedo entregar.