Nunca me han gustado los videos juegos. Ni siquiera cuando era niño sentí alguna inclinación por ellos. Pese a que tuve consolas que pudieran haberme llevado a un proceso cercano a la obsesión, siempre las miré como un pasatiempo que solo resultaría interesante si fuera lo último que tuviera que hacer.
Conozco los principales videojuegos porque son parte del imaginaron cultural de mi generación. Crecimos escuchando hablar de Mortal Kombat, Street Fighter, Zelda, Mario Bross y tantos otros que terminaron formando un mundo que fue más allá de las
recámaras de la ficción.
La editorial española Héroes de papel a llevado los videojuegos a los libros, corriendo el cerco de la mera representación tecnológica y transformándola en un núcleo que puede -y quizás debe- ser leída como historia. A su vez ha ido desarrollando un proyecto que pretende mostrar los secretos de series y películas que transitan por el centro de la cultura docta y popular, acercando y promoviendo un lado B que en las obsesiones de fanáticos logran cubrir los baches que no pueden ser escenificados.
Son varios los libros que cumplen esta función de backstage, y en esta ocasión queremos presentarles dos textos que documentan, archivan, dialogan y muestran el fenómeno más allá de su función inicial.