Homini Pops (José Pablo Giménez) es una extraña épica que narra -a través de microficciones seriadas- cómo el planeta Tierra se defiende de una invasión de alienígenas que, en vez de hacer la guerra, hacen lobby. Entre los personajes de esta curiosa saga chilena se encuentra el Guatón Tolini, un famoso cabildero que es contratado 24/7 por un extraterrestre invasor que quiere dominar el país sin levantar sospechas. Se suman al elenco delirante, personajes como Nietzsche, quien se roba las zapatillas de Dios luego de darlo por muerto. También Romina, una asesina en serie que mata compulsivamente hombres que abusan de su poder. Incluso hay un cavernícola, llamado Bruno, un artista rupestre abducido en la Edad de Piedra y devuelto al mismo lugar, solo que diez mil años después. Hasta Chubaca, Arturito y Darth Vader hacen cameos en esta curiosa saga chilena, que resume diez milenos de historia humana en un solo flash de ficción. Ediciones Sherezade (2022).
HOMINI POPS
Por Andrea Calvo
Hablar de microficción es referirse a un género de por sí, polémico. Si bien existen ciertos acuerdos, convenciones y otros elementos a tomar en cuenta a la hora de dedicarse al oficio, en paralelo se lleva a cabo una tarea incansable, a veces frenética, que desafía lo establecido en los espacios teóricos: se escribe sin respiro, se publica en diferentes plataformas; abundan las reseñas y críticas de obras que despiertan tanta fascinación en las y los lectores como suspicacia en algunos recodos de los cánones tradicionales y es que enfrentémoslo: la microficción incomoda y acto seguido, aceptemos que es hipnótica y adictiva, cuando está bien lograda.
No hay pedantería alguna en declarar que con este nuevo título, «Ediciones Sherezade lo hizo, otra vez». Con su vasto y exquisito catálogo de microficción, esta editorial independiente se ha consagrado como un punto de encuentro para voces nuevas y reconocidas del género; difunde obras de una calidad literaria indudable; sorprende con sus libros objetos —cuyos lanzamientos se han transformado en una suerte de ceremonia ritual por redes sociales y en distintas ferias del libro— y, como si lo anterior no fuese suficiente, con el presente estreno adopta una forma excepcional: nave nodriza, con una tecnología ucrónica de punta y cuyo capitán, el autor José Pablo Giménez nos promete de todo, menos, un viaje tranquilo.
Homini pops es la ópera prima del autor y desde el prólogo, Giménez nos advierte que de este mundo caótico al que nos introduce, no hay salida posible. Como mucho, casi a forma de consuelo, nos ofrece una comprensión acerca de cómo funciona el ciclo de infortunio que la humanidad padece, siendo su misma naturaleza y condición como especie la que le condena y emponzoña; enrostrándonos la neurosis que nos resistimos a dejar ante las oligarquías, la corrupción, el mandato capitalista, la muerte, el amor, el desarraigo, la envidia, la venganza, las malasuertes y otros componentes que el autor narra con una perspicacia que asombra y encanta.
Con una pluma nada de inocente y libre de convencionalismos y vicios propios de un lenguaje políticamente correcto, Giménez divide este viaje intertextual y delirante en siete apartados —un número iniciático, pienso— conformando un recorrido cáustico y de una mordacidad que en su primera estación —«Homini pops»—, invita a la carcajada impúdica, para después, volver sobre la lectura y sentir un gustillo que, de seguro, no pasará inadvertido y tendrá reverberaciones al momento de picotear una bolsa de snacks.
En «Cavernícolas», Giménez nos transporta a un pasado donde el humano es presa de su ego de artista incomprendido para, con la ayuda de unos peculiares roadies, saltar al estrellato transformado en un rockstar; en «Las Zapatillas de Dios», el autor establece las bases de lo que bien pudo ser, gracias a un calzado de lo más peculiar, la mayor estafa filosófica, política y social por las que muchos han muerto y vuelto a nacer y, ya imbuidos hasta el tuétano en este universo —al que Marvel tiene mucho que envidiar—, en el apartado «Fan Fiction», Giménez arremete con una forzada invitación a deconstruir desde el recuerdo y la nostalgia cinematográfica algo que, a esta altura, tiene mucho sentido.
En los apartados que siguen, la lectura se torna vertiginosa; se convierte en una especie de pulsión, tal como la que experimenta uno de los personajes del seriado «Una historia de mierda» y que se produce orgánicamente cuando el cuerpo debe desalojar lo que ya no sirve y digámoslo, no siempre sucede en la más afortunada de las ocasiones y aquí hago la advertencia: habrá que armarse de valor y bilis, mucha bilis, para hundirse en la fétida, pero tierna relación entre dos amigos que nos darán una pequeña esperanza.
Ya en la recta final de esta travesía, en los apartados «Armas Gemelas» y «Coda», la sátira y la venganza se combinan de forma magistral para terminar de tejer esta ucronía, dejando en claro que a veces, quizás más de las que uno quisiera, no hay mucho más que hacer que disfrutar de un par de cervezas heladas en mano, mientras todo lo que conocemos se va al carajo.
Homini pops es un libro tan imperdible como memorable. Sus imágenes, diálogos, atmósferas y temas nos interpelan a transitar una vereda compleja, en esto de repensar cómo es posible llegar a extremos tan ridículos como válidos, en la búsqueda de un sentido a lo que llamamos mundo. Qué fácil es espetar esa última frase. Lugar común, dirán algunos. Pues bien, es así de cruda, simple, redundante puede ser la existencia y es en esta obra donde es posible dar un aire fresco a eso que concebimos como un in aeternum, sacudirnos en algo la apatía, desempolvarnos de los discursos conformistas y en tal acción, olvidarnos —aunque sea por un rato— de eso que se nos impone y repite, que nos encarcela y asfixia.