Lunes, Octubre 14, 2024
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Jessica Sequeira: El chacal como cantante o carroñero

 

Jessica Sequeira, poeta, escritora, y traductora literaria, nos presenta su libro Chacal dorado, publicado recientemente en la Colección Pippa Passes de la editorial argentina Buenos Aires Poetry y presentado la semana pasada en Chile.

 

Sobre la música

La música siempre ha sido muy importante para mí, como paisaje de emociones y como algo que practico junto con la escritura. Los poemas y las canciones dan estructura y significado a la experiencia y conectan profundamente con la historia de la cultura. Mi libro de poemas Chacal Dorado (Buenos Aires Poetry, 2023) toma como figura central el chacal. El libro está dividido en cuatro secciones, con títulos que cambian de color: Chacal Gris, Chacal Azul, Otros Chacales, Chacal Dorado. Comienza con la historia del Panchatantra donde un chacal cae en una tina de tinte azul y pasa por una especie de momento existencial con su cambio de color. Las distintas partes del libro corresponden a la metamorfosis de una mujer-chacal, desde la soledad inquieta en la primera parte, a la búsqueda de espíritus afines en la segunda, a los homenajes líricos a otros creadores en la tercera, a una redención provisional en la música en la cuarta, culminando en una gran «Baile del Chacal» alegre que reúne diferentes períodos de la historia y formas de vida.

Cuatro cuecas inspiraron el libro, que aparecen como subtítulos: «La muerte se fue a bañar» de Violeta Parra, «El músico errante» de Los Chileneros, «Tengo que hacer un retrato” de Violeta Parra y «Póngale swing» de Las Capitalinas. Este es un mini playlist dentro del libro, personal y social. No es necesario reconocer las referencias, pero están ahí. Elegí la cueca por varias razones. Mi corazón es algo folclórico; siempre me ha gustado Violeta Parra, y en el período de edición de este libro a fines del año pasado escuchaba mucho a la banda Congreso y escribía sobre Margot Loyola.

La cueca en particular es una forma folclórica con profundas raíces en la historia de Chile, que se remonta a la zamacueca y los ritmos de los esclavos africanos. En tiempos más recientes se ha retomado como una forma más nacionalista, por lo que es interesante devolverlo a su globalidad, en mi caso haciendo vínculos con Asia o con metáforas que expandan su significado a otros contextos, en lugar de reducirlo o condensarlo. Me encanta el folkrock con ritmos latinoamericanos, y los ritmos en general, como en la música salsa o con la tabla, el tambor indio que toca el maestro Zakir Hussain.

Sobre la traducción

Me gusta el chacal como figura carroñera que se alimenta con diferentes tradiciones y formas. Me formé como historiadora, y tanto el artista como la historiadora hurgan en la historia para construir nuevas narrativas y realidades a partir de las ruinas y los escombros. Se basan en los materiales de la experiencia personal y cultural y los traducen en algo nuevo. Los chacales comen hígados, corazones y estómagos para nutrirse y luego regresan a sus guaridas y cachorros para regurgitar la comida para ellos. (¡Soy vegetariana, pero esta es una imagen poética!) Siempre estamos en deuda con los demás. Creo que cada proyecto artístico es una combinación de las pasiones personales y caprichosas de la autora, y los vínculos que establece con otras obras y personas. En Chacal Dorado hay homenajes explícitos a otras mujeres creadoras que admiro—Clarice Lispector, Delia del Carril, mi abuela Letitia Sequeira, Violeta Parra.

Todo es cambio, movimiento, traducción. Pasar de la literatura a otras formas de arte es otra forma de traducción. La división entre diferentes formas de arte es artificial; el lirismo es un río que desemboca en muchos cauces. Pero sí, hay canciones que revitalizan poemas y poemas que se transforman en melodías. Hay música en la estructura de este libro, y sus ritmos. También hay un par de poemas que juegan explícitamente con la forma de la canción. He estado pensando en la «traducción sonora», en cómo las diferentes letras o ritmos culturales se mueven de un mundo a otro. El vínculo es extraordinariamente sutil, liberador y misterioso. Mencioné la tradición de la canción que influyó en Chacal Dorado. Si buscas la letra de estas canciones en particular, puedes encontrar un diálogo secreto con estos poemas.

Sobre la hibridez

La mujer-chacal es un híbrido, en parte pensamiento racional, en parte instinto animal. A veces es un monstruo, con fantasías o imaginarios o consumos culturales de música y cine que tienen su oscuridad. Ella abraza la complejidad en un momento, en otro la simplicidad. La figura del chacal también es un híbrido, que considero algo entre un perro y un lobo, con muchas resonancias culturales. En Chile se asocia con la brutalidad y la delincuencia, como el Chacal de Nahueltoro. India es el hogar del chacal dorado, y hay muchas referencias a chacales en la mitología, en textos como la Panchatantra y la Rig Veda. Por citar solo dos, Kali, la diosa hindú de la muerte, el tiempo y el fin del mundo, suele aparecer acompañada de un chacal. Otra diosa, Mata Chamunda, se muestra viajando arriba de un chacal por los cielos.

El proceso de escritura, traducción y edición, en algún momento, también se volvió borroso o híbrido. De hecho, realmente no puedo diferenciar los pasos. Escribí muchos, o todos, los poemas en español primero, luego los autotraduje al inglés. Hice mucho de lo que llamo «escritura simultánea», con el español y el inglés en columnas lado a lado, corrigiéndolos mutuamente. Mi cerebro de traductora nunca se apaga al escribir. Diego me ayudó con la precisión del español, en muchas conversaciones orientadas a los detalles. Todo fue un proceso muy largo, de años. Pasó el tiempo y tuvimos varias conversaciones con editoriales chilenas; durante un rato el libro se iba a llamar Diversión y reposo. Todo esto fue una sedimentación en el tiempo que implicó sustitución y reescritura. De hecho creo que no queda ningún poema del original, aunque estén ahí como capas secretas, como el cuadro detrás del cuadro. Todo queda dentro de la experiencia, como el barco donde se reemplaza cada parte.

En este sentido, el proceso de escritura y edición en sí fue como un chacal, alimentándose de sus ruinas. O dicho de otro modo, durante el proceso, este libro de alguna manera devoró su propio interior. De la misma manera, la mujer-chacal del libro hurga en su propio pasado, como metáfora. El chacal se convierte en ourobouro.

Sobre la globalidad

El chacal en el centro da sentido y unidad a todo, como figura importante en las tradiciones chilena e india. Quería crear mi propia mitología que se basa en diferentes tradiciones pero es irreconocible. Este libro tiene que ver oblicuamente con mi propia historia cíclica y metamorfosis, y con momentos de diversión y reposo, también reflexionando sobre la relación entre anécdota y análisis. La pregunta es cómo dar sentido a la historia, y cómo escribir desde el «yo» sin ser demasiado autobiográfico, pero evocando paradojas, contradicciones y asociaciones inesperadas. Las amistades forman gran parte del libro; varios poemas tienen que ver con el proceso de hacer grandes preguntas junto con otras personas del pasado y del presente. ¿Por qué estamos haciendo esto, cómo debemos vivir, qué tipo de arte queremos hacer?

Muchos de nosotros pensamos y nos movemos en múltiples culturas, o dentro de la misma ciudad entre diferentes espacios, desde bares hasta seminarios, teatros y entornos domésticos. Este libro también trata sobre la circulación, sobre el movimiento por lugares y también por diferentes regiones de nuestros propios corazones.

El libro sigue vagando . . .

El viernes 21 de abril, Día Mundial del Libro, presenté Chacal Dorado en el Cambridge School de Santiago. Fue una oportunidad especial para acercar la poesía a los más jóvenes y reflexionar sobre mi trayectoria, la literatura, la música que da estructura al texto y el chacal como figura que une culturas. Los niños, disfrazados de personajes de libros, con varios hombres araña y brujitas, hicieron muchas preguntas interesantes, y después hubo una entrega simbólica del libro a la biblioteca. Hablar con los jóvenes es interesante porque tienes que expresarte en un lenguaje más claro, más anecdótico. Hacerlo me ayudó a transitar por rutas de experiencias pasadas que había olvidado, cómo hice mis propios libros, periódicos y fanzines con cartulina, rotuladores y engrapadora, cómo empecé a leer con la magia de las fábulas y los cuentos, cómo me enamoré de la música, cómo descubrí las traducciones al inglés de la poesía chilena de Pablo Neruda y Enrique Lihn, cómo también comencé a leer novelas rusas clásicas, luego periodismo, no ficción e historia, y finalmente a traducir y escribir mi propia libros.

Unos días después, el 26 de abril, conversé con Víctor Alegría, autor de La Tempestad de Giorgione (Buenos Aires Poetry, 2022) y pintor de hermosos e inquietantes paisajes árticos. Reflexionamos sobre la relación de nuestros dos libros con «todo aquello fulgor» (como dice Spinetta), esa luminosidad que puede resultar de integrar la escritura con otras artes, algo que los dos creen bello, esencial, imprescindible. Los cuadros que inspiran poemas, los poemas que son imágenes . . . las canciones que revitalizan poemas, los poemas que se van transformando en melodías . . . Agradezco la oportunidad de hablar sobre nuestro trabajo y recordar una vez más que el poema nunca existe solo, sino que siempre vaga por el territorio dentro de una comunidad de otros artistas y formas de arte.

 

* * *

The Jackal as Singer or Scavenger

On music

Music has always been very important to me, as a landscape of emotions and as something I practice along with writing. Poems and songs give structure and meaning to experience, and connect deeply with the history of culture. My poem book Golden Jackal (Buenos Aires Poetry, 2023) takes the jackal as its central figure. The book is divided into four sections, with titles that change colors: Gray Jackal, Blue Jackal, Other Jackals, Golden Jackal. It begins with the story from the Panchatantra where a jackal falls into a tub of blue tint and undergoes a sort of existential moment with its change in color. The different parts of the book correspond to the metamorphosis of a woman-jackal, from restless solitude in the first part, to the search for kindred spirits in the second, to lyrical tributes to other creators in the third, to a provisional redemption in music in the fourth, culminating in a great joyous “Jackal’s Dance” bringing together different periods of history and ways of life.

Four cuecas inspired the book, which appear as subtitles: “La Muerte Se Fue a Bañar” by Violeta Parra, “El Músico Errante” by Los Chilineros, “Tengo Que Hacer un Retrato” by Violeta Parra
and “Póngale Swing” by Las Capitalinas. This is a mini playlist within the book, personal and social. It’s not necessarily to recognize the references, but they are there. I chose the cueca for several reasons. My heart is a bit folkloric; I have always loved Violeta Parra, and in the period of editing this book at the end of last year I was listening a lot to the band Congreso and writing about Margot Loyola.

The cueca in particular is a folkloric form with deep roots in Chilean history, tracing back to the zamacueca, and the rhythms of African slaves. In more recent times it has been taken up as a more nationalist form, so it’s interesting to return it to its globality, in my case making links to Asia or to metaphors that expand its meaning to other contexts, rather than reducing or condensing it. I love folk rock with Latin American rhythms, and rhythms in general, like in salsa music or with the tabla, the Indian drum played by the maestro Zakir Hussain.

On translation

I like the jackal as a scavenger figure that feeds on different traditions and forms. I was trained as historian, and both the artist and the historian scavenge in history to build new narratives and realities from the ruins and debris. They draw on the materials of personal and cultural experience and translate them into something new. Jackals eat livers, hearts, stomachs to nourish themselves, and then return to their dens and cubs, to regurgitate the food for them. (I am a vegetarian, but this is a poetic image!) We are always indebted to others. I believe that each artistic project is a combination of the personal and whimsical passions of the author, and the links she makes with other works and people. In Golden Jackal there are explicit tributes to other creator women I admire—Clarice Lispector, Delia del Carril, my grandmother Letitia Sequeira, Violeta Parra.

Everything is change, movement, translation. To move from literature into other art forms is another form of translation. The division between different art forms is artificial; lyricism is a river that flows into many channels. But yes, there are songs that revitalize poems, and poems that transform into melodies. There is music in the structure of this book, and its rhythms. There are also a couple of poems that play explicitly with the form of the song. I have been thinking about “sound translation”, about how different lyrics or cultural rhythms move from one world to another. The link is extraordinary subtle, liberating and mysterious. I mentioned the song tradition that influenced Golden Jackal. If you look up the lyrics of these particular songs, you might find a secret dialogue with these poems.

On hybridity

The woman-jackal is a hybrid, part rational thought, part animal instinct. She is sometimes a monster, with fantasies or imaginaries or cultural consumptions of music and film that have their darkness. She embraces complexity at one moment, at another simplicity. The jackal figure is also a hybrid,
which I think of as somewhere between a dog and a wolf, with many cultural resonances. In Chile, it is associated with brutality and delinquency, as with the Jackal of Nahueltoro. India is home of the golden jackal, and there are many jackal references in the mythology, in texts like the Panchatantra and Rig Veda. To name just two, Kali, the Hindu goddess of death, time and the end of the world, is often shown accompanied by a jackal. Another goddess, Mata Chamunda, is shown traveling on a jackal through the heavens.

The process of writing, translation and editing, at some point, also became blurred or hybrid. In fact, I can’t really tell the steps apart. I wrote a lot, or all, of the poems in Spanish first, then self-translated them into English. I did a lot of what I call “simultaneous writing”, with the Spanish and English in columns side by side, mutually correcting them. Diego helped me with the precision of the Spanish, in many detail-oriented conversations. My brain of a translator never turns off when writing. Everything was a very long process, of years. Time went by, and we had several conversations with Chilean publishers; for a while the book was going to be called Diversión y reposo. All of this was a sedimentation in time that involved substitution and rewriting. In fact I think that no poem remains from the original, even if they are there as secret layers, like the painting behind a painting. Everything remains inside of experience, like the boat where every part is replaced.

In this sense, the process of writing and editing itself was jackal like, feeding on its ruins. Or to put it another way, during the process, this book somehow devoured its own interior. In the same way, the woman-jackal of the book scavenges on her own past, as metaphor. The jackal becomes an ourobouro.

On globality

The jackal at the center gives meaning and unity to everything, as a figure important in the Chilean and Indian traditions. I wanted to create my own mythology that draws on different traditions but is unrecognizable. This book obliquely has to do with my own cyclical history and metamorphosis, and with moments of diversion and repose, also reflecting on the relationship between anecdotes and analysis. The question is how to make sense of history, and how to write from the “I” without being too autobiographical but evoking paradoxes, contradictions, and unexpected associations. Friendships forms a big part of the book; several poems have to do with the process of asking big questions along with other people from the past and present. Why are we doing this, how should we live, what kind of art do we want to make?

Many of us think and move in multiple cultures, or within the same city between different spaces, from bars to seminars, theaters and home environments. This book is also about circulation, about movement through places and also through different regions of our own hearts.

The book keeps wandering . . .

On Friday 21 April, World Book Day, I presented Golden Jackal / Chacal Dorado at the Cambridge School in Santiago. It was a special opportunity to bring poetry to younger people, and reflect on my trajectory, literature, the music that gives the text its structure, and the jackal as a figure that unites cultures. The children, in their costumes as book characters, with various spidermen and little witches, asked a lot of interesting questions, and there was a symbolic delivery of the book to the library afterwards. Talking to young people is interesting because you have to express yourself in clearer, more anecdotal language. Doing so helped me to travel along the routes of past experiences I had forgotten, like how I made my own books, newspapers and fanzines with cardstock, felt pens and a stapler, how I started reading with the magic of fables and fairy tales, how I fell in love with music, how I discovered English translations of Chilean poetry by Pablo Neruda and Enrique Lihn, how I also started to read classic Russian novels, then journalism, non-fiction, and history, and eventually to translate and write my own books.

A few days later, on 26 April, I conversed with Víctor Alegría, author of La Tempestad de Giorgione (Buenos Aires Poetry, 2022) and painter of beautiful, disquieting Arctic landscapes. We reflected on the relation of both our books to “todo aquello fulgor” (como dice Spinetta), esa luminosidad que puede resultar de integrar la escritura con otras artes, algo que los dos creemos bello, esencial, imprescindible. Los cuadros que inspiran poemas, los poemas que son imágenes . . . las canciones que revitalizan poemas, los poemas que se van transformando en melodías . . . I am grateful for the opportunity to talk about our work, and remember once again that the poem never exists alone but always roams the territory within a community of other artists and art forms.

 

 

Jessica Sequeira (1989). poeta, escritora y traductora literaria, autora de los libros Rombo y Óvalo (cuentos), Una ostra furiosa (novela), Otros paraísos: Aproximaciones poéticas al pensar en una edad tecnológica (ensayos) y Una historia luminosa de la palmera (poesía y prosa). Entre sus traducciones  destacan autores como Gabriela Mistral, Winétt de Rokha, Teresa Wilms Montt, Liliana Colanzi y Adolfo Couve.

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