Jessica Sequeira: «Me defino como poeta. La poesía es el eje central de mis diversas actividades»

 

Entre la escritura y la música, Jessica se desenvuelve bien en ambas artes, donde confluyen fluidamente ese mundo místico cultural.  Editado por Pez Espiral, en su libro Taal habla del amor, y como ella bien dice, son reflexiones acerca de la música india, de la mano de la poesía chilena, lo que hace interesante leer el libro. Te invitamos a leer la entrevista a Jessica Sequeira.


Cu
éntanos de ti y de la creación y proceso de inspiración en Taal

Soy escritora. El acto de escribir para entender el mundo es mi esencia. He publicado varios libros de poesía, novelas y ensayos, así como traducciones literarias. Aparecen temas recurrentes, como la relación de la espiritualidad interior con el mundo exterior.
También lo es la música. Para mí, es natural fluir entre las dos, con versos y cantos.
Taal va trenzando reflexiones sobre la música india, la poesía chilena y los procesos de transformación del ser humano. Estos temas se conectan en distintos puntos, en secciones sobre figuras como Gabriela Mistral, Annie Besant, Stella Díaz Varín y Gandhi, que se interesaron ​​en la relación del bienestar social con la creación artística y el cuerpo físico.

Taal o tala en el contexto de la música india se refiere al ritmo. Pero talar en español también puede significar cortar un árbol. Por lo tanto, existe una relación entre creación y destrucción, que forman parte del mismo proceso.

Mistral tiene una importancia especial en el libro. El título es un juego de palabras con el de su obra Tala, y ella estudió el ritmo y la filosofía india. Me inspiré en la lectura profunda de su obra además de la musicalización de sus poemas.

El libro posee una arquitectura musical que incluye páginas en blanco y silencios, que corresponden al ritmo «rupak taal» de la tabla. La tabla está al centro de este libro: es el instrumento de percusión india que da ritmo a mi vida.

Los textos del libro pueden parecer muy eclécticos, como si no tuvieran nada que ver entre sí. Pero existen sutiles vínculos entre los temas. En su núcleo se encuentra la búsqueda de la armonía en varios niveles, desde el cuerpo hasta la naturaleza y las relaciones. Me interesan las tensiones entre los elementos individuales y la coherencia, y cómo lo personal y lo social se desarrollan juntos, rítmicamente, a lo largo del tiempo. Los fragmentos pueden unirse en algo más allá de sus partes, en resonancia.

Como defines haber trabajado con Pez Espiral?

Fue un proceso bello y intenso porque armamos el libro rápidamente, para acompañar el Festival de Poesía y Música del año pasado, donde tocó Lux Violeta, mi grupo musical.
Como este proyecto literario es inseparable de su aspecto musical, quise coordinar estos elementos. También coordiné la edición en español con la edición en inglés, que Pamenar Press publicó al mismo tiempo en Inglaterra. Además tuve que asegurarme de que el formato atípico estuviera bien en las dos versiones.

Mirando para atrás, fue una locura coordinar tantos elementos a la vez. Pero todo salió bien. El libro y la presentación con Zenaida Suárez y Marcela Parra quedaron hermosos.

Tus escritos, ¿los compones con música?

Soy melómana. A menudo escribo mientras escucho algo instrumental, que acompaña (o quizá incluso crea) mis procesos de pensamiento. Escuchar música y escribir operan en dos canales mentales, diferentes pero simultáneos. Es como traducir literatura.

Creo que escribir es producto de la lectura, de conversar sobre ideas y textos, pero también de escuchar el mundo que nos rodea, con sus ruidos y melodías.
Detrás de todo, hay algo más. Mi camiseta favorita es una que vi usar a Zakir Hussain. Dice: «Dios es Sonido».

¿Cómo te sientes con la segunda edición de Taal?

Siempre es un placer revisitar ideas y compartir. Las presentaciones sensibles, reflexivas y bien escritas de Margarita Bustos y Gabriela Paz Morales abrieron el libro a nuevas perspectivas.

¿Qué significa el silencio para ti? ¿Cuál es la importancia de las manos en tu vida?

Depende del tipo de silencio. El silencio para conectar con mi misma, para crear el espacio que da sentido al sonido, es importante. Este silencio permite leer, pensar y desarrollarme. Pero el silencio que propicia la violencia y la complicidad, o que no dice nada para no herir sensibilidades, puede ser perturbador.

Me preguntaste también por las manos. Para mí, las manos son un tremendo regalo. Para tocar, para escribir en un cuaderno, para redactar manuscritos en la computadora, para tocar el piano y la tabla. No puedo imaginar la vida sin mis manos, aunque, por supuesto, sin ellas la vida seguiría adelante. Las manos son externas, pero también son una parte muy íntima del cuerpo, y a través de ellas, uno conecta con los demás. A menudo pienso en las manos de Víctor Jara.

¿Qué es el amor en tu libro, vida?

El amor es la fuerza de la integración y la continuidad, que es más fuerte que la dispersión y la separación. El mundo tiende a la inercia; el amor es una energía, un motor para la creación de todo tipo, personal y colectiva. Es atención y voluntad para que las cosas funcionen. La vida es una lucha entre lo aleatorio de la experiencia y la coherencia del significado. El amor crea unidad.

En la literatura, la fuerza de las anécdotas o los pensamientos aleatorios encuentran coherencia a través de una especie de amor por parte del autor, quien une los fragmentos y los pone en diálogo, o da al lector un texto que permite esa posibilidad. Con suerte, el lector recibirá la fuerza de ese amor y se sentirá impulsado a crear sus propias asociaciones.

Los instrumentos musicales son tu vida, ¿cierto?

Los instrumentos musicales son un medio para producir sonidos, pero también tienen alma. En un poema en Taal, evoco la imagen de Keith Jarrett, quien se definía como un centauro, mitad músico, mitad piano. Aún no me he fusionado con la tabla, pero espero alcanzar ese punto de sentirme una con ella.

¿Cómo ves tú la poesía en tu vida?

Me defino como poeta. La poesía es el eje central de mis diversas actividades. Es una forma de expresar la conexión del yo con el mundo.

¿Qué significa Gandhi para ti?

Las ideas de la no violencia (ahimsa), satya (verdad), sarvodaya (bienestar común) y justicia me atraen, aunque también entiendo que están ligadas a un momento histórico determinado. Como persona, Gandhi no fue un hombre perfecto, como analizo brevemente en el libro, y tuvo algunas ideas cuestionables. Lo respeto por su labor en favor de la igualdad, su devoción y su capacidad para movilizar el sentimiento popular y convertirlo en acción política. Más allá de la marcha de la sal, el ayuno, la defensa de los migrantes y otras movidas políticas, Gandhi es también, para mí, un ejemplo de un escritor que no se define únicamente como escritor, y que va mucho más allá de la figura del burgués encerrado en su habitación. Fue un gran lector, por ejemplo de Tolstói, y tradujo a escritores como John Ruskin. Pero creo que los escritores también deberían hacer cosas en el mundo. Las numerosas actividades de Gandhi enriquecieron sus escritos como pensador y ensayista.

La realidad crea ideas, y las ideas pueden cambiar la realidad: en esto reside la extraordinaria y compleja alegría de existir en esta tierra.

¿Dónde podemos encontrar tu libro?

Está disponible en librerías de Santiago y a precio especial en Buscalibre. También pueden encontrarlo en la tienda online de Distribuidora Libros del Amanecer.

Unos fragmentos de mi presentación:

«Pienso a menudo en la extrañeza de la escritura, en el deseo de expresar emociones con palabras. La música siempre me ha parecido una forma más directa, que corta el circuito verbal. Pero necesito escribir. La literatura es algo vital en mi existencia, la búsqueda de la construcción del yo y de las comunidades a través del habla, con un impulso, con ritmos, que llevan a lugares inesperados. Una forma también de hablarse a sí misma, a las propias raíces, que siempre son inventadas, pero no por ello menos reales.

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La vida tiene muchas ojalás. Ojalá pudiera cantar como Nusrat Fateh Ali Khan, pero esa voz no sale de mí; otra sí. Entre las posibilidades del cuerpo y las posibilidades de la historia, con la ayuda de amistades y colaboraciones, el arte se hace posible. Y la creación, igual que la transmisión de la cultura, siempre es sorprendente, raramente lineal. Migraciones. Recuerdos. Herencias.

(. . .)

Mi profesor de tabla, al hablarme de cómo debería sonar el instrumento santoor junto con la tabla, me escribió: ‘La idea es que la melodía proporcione el soporte para que el ritmo se manifieste, y luego el ritmo proporcione el soporte para la melodía’. Eso es lo que intento hacer como escritora. Eso es lo que muchos de nosotros aquí intentamos hacer, juntos: ordenar nuestras emociones y experiencias en un arte que no sea simplemente adorno, sino diálogo con los cambios de la historia y nuestro lugar en ella».