Antes de dedicarse 100% a la literatura Juan Francisco era abogado. Hoy se mueve entre el mundo de la educación y de las letras. La editorial Planeta Sostenible presenta su libro para niñas y niños, pero también para adultos, El sueño de Francia. En él muestra la realidad de Isabel una extranjera que llega al desierto de Atacama en su gira de estudios, pero sufre un duro golpe con Francia, una niña migrante, que le muestra otra realidad de la vida. Con ustedes, Juan Francisco.
—Háblanos de ti.
—He sido fotógrafo por mucho tiempo, también he escrito libros y ahora último me he dedicado a editar a otros autores. Dejé completamente la profesión de abogado para dedicarme exclusivamente a la literatura y a la educación.
— ¿Por qué el nombre del título del libro?
—Es un juego irónico El sueño de Francia. En principio pareciera aludir a un anhelo de un pueblo, en este caso el francés, pero en realidad Francia se llama una de las protagonistas, y tuvo un sueño o algo así. Pero también Francia como país tuvo un sueño después de la revolución, un sueño de libertad. Ese sueño no se cumplió, se apropiaron por ejemplo de Haití, de donde vienen las protagonistas del relato Francia e Isabel y la convirtieron en una colonia. Haití para independizarse tuvo que pagarles a los franceses una cantidad enorme de dinero. El sueño onírico de Francia o Isabel fue encontrarse con la muerte y revivir como Flamencos y el Sueño de Francia como país, al menos con Haití no fue precisamente la libertad.
—¿Cómo fue trabajar con Valeria Cis en las ilustraciones?
—Este libro tiene complejidades mayores en lo que dice relación con la conexión texto/imagen. Cómo ilustrar la muerte, un sueño, un encuentro de dos niñas que en definitiva son una… Fue un tremendo desafío para Valeria, y creo que lo hizo increíble.
—¿ Cómo nace El Sueño de Francia?,¿cuál es la enseñanza que quieres dejar con esta obra?
—El libro tiene como propósito invitar a una conversación literaria —especialmente pensada para niñas, niños y adolescentes— asociada a la problemática de la migración.
La literatura nos exige abrirnos a nuevos mundos, a los que nos propone el autor, a entrar en otras verdades y realidades lo que debiera conllevar a «repensar» nuestras ideas, creencias, nuestros dogmas, a cuestionar «cómo las cosas deberían ser».
En el tema de la migración confluyen varias problemáticas: el racismo encubierto, como forma histórica de dominación; las miradas xenófobas; el miedo a la pobreza, pero también la inclusión; el diálogo intercultural como conversación entre iguales, simétrica; la valoración de la diversidad como fuente de riqueza humana. En fin, el libro aspira a generar discusiones que apoyen una mirada más “integral” de la migración y por tanto a reconocer nuestra humanidad lo más completa posible.
El libro no tiene respuestas políticas, tiene más bien muchas preguntas que son las que invitan a abrir una conversación sin verdades preexistentes, a construir en el espacio educativo miradas colaborativas y conjuntas, más justas e inclusivas y no solo a integrar a otros sino a reconocerse CON los otros. Invita a cuestionar la categoría «nosotros y los otros» pues ello es una construcción social cuyo contenido específico depende de quien detente el poder para narrar el «cuento» de quienes somos.
El cuento literariamente tiene preguntas propias, ¿Francia e Isabel, son la misma persona? ¿Francia muere? ¿Todo fue un mal sueño? ¿Es posible que alguien se convierta en un flamenco? Pero tiene aparejada otras: por qué dos niñas que vienen del mismo lugar (Haití, antigua colonia francesa) corren suertes diametralmente distintas; ¿por qué un lugar tan lindo para unos puede ser un infierno para otros? ¿Los migrantes son la causa de todos los males que aquejan a este país?, o ¿solo son ocupados como chivos expiatorios?, ¿qué diferencia hay entre un migrante y un refugiado político? ¿Los NNA deben ser protegidos independientemente que entren irregularmente a un país? ¿Tienes derechos esenciales inherentes, que van más allá de leyes migratorias?
Son muchas las preguntas que se abren y que llevadas dentro de un proceso formativo (didáctico-curricular) y con mediadores de la lectura, podrían ayudar, quizás, a una convivencia más sana justa e inclusiva.
—La historia y la geografía juegan un rol importante, ¿por qué?
—Es en el altiplano y el desierto donde hoy está ocurriendo esta crisis humanitaria de proporciones.
Entonces hay un criterio de realidad al elegir ese lugar para el relato, pero además San Pedro de Atacama puede ser espectacular para un turista y un infierno para un migrante, y esa contradicción que se vincula con que la realidad se conforma en la cabeza de cada uno, fue la que me interesó desarrollar, como una más de las contradicciones que vivimos como especie humana.
—Por qué el misterio es necesario?
—Creo, porque es parte del juego que es la literatura, lo que te lleva a seguir leyendo, y porque finalmente todo es un misterio, no sabemos quiénes somos, qué pasa después de la muerte, que es el tiempo, la conciencia, etc. Digamos que el misterio no se agrega es parte esencial de la forma como experimentamos la vida y desde allí intentamos desarrollar nuestras certezas, que no son más que intentos fallidos creo yo porque no podemos creo yo resolver los misterios de la vida. Es consustancial a ellos que no sean revelados, por ello son misterios.
—¿Cómo relacionas las «dos realidades» de las «niñas»?
—Se relacionan por este juego al que invito al lector o lectora, dos realidades y una misma niña, o dos, ni yo lo sé. Pero a veces intuyo que no es tan loco encontrarte con un doble, con otro que eres tú de alguna forma y ese es un tema fascinante de tratar y que en literatura lo trató hasta Fiodor Dostoievski a mitad del siglo antepasado.
—¿Dónde podemos encontrar El Sueño de Francia?
—El libro lo encuentras en Buscalibre y en www.planetasostenible.cl/tienda