La publicación fue desarrollada por el Premio Nacional de Historia, profesor Mario Orellana Rodríguez, y la presentación contó con los comentarios de los historiadores Luz María Méndez de la Universidad de Chile y Hugo Rosati de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
El libro «El pensamiento historiográfico chileno (siglos XVI y XVII)», se presenta como una fuente para que el ser chileno se conecte con los comienzos, con los antecedentes, con las causas de nuestra realidad contemporánea, con la búsqueda de las soluciones, de los problemas sociales, culturales, económicos o políticos.
Mario Orellana Rodríguez, es Premio Nacional de Historia (1994), ex Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile (1992-1999), Director Fundador del Departamento de Ciencias Antropológicas y Arqueológicas de la Universidad de Chile (1970-1975), es actualmente Profesor Titular y Doctor Honoris Causa de la Universidad del Pacífico.
Tal como señala el autor en su Introducción, “el conocimiento de cómo se han escrito los libros de Historia de Chile, desde el siglo XVI en adelante, qué temas han sido tratados, cuáles sus estilos, sus métodos, sus interpretaciones, la razón de escribirlos, nos posesiona para afirmar que los conocimientos históricos son una de las bases más poderosas del sistema educacional de nuestra nación. Situado en la sucesión de los tiempos (pasado, presente y devenir futuro) el ser humano, el ser chileno se conectará con los comienzos, con los antecedentes, con las causas de nuestra realidad contemporánea, con la búsqueda de las soluciones, de los problemas sociales, culturales, económicos o políticos”, se indica en el texto.
En el acto, el profesor Orellana agradeció la oportunidad que le da la Universidad del Pacífico, para permitirle la investigación como el espacio para presentar la publicación, en una fecha especial para él, al cumplirse 4 años de la muerte de su esposa, Noelia Torres.
Durante la ceremonia, los encargados de comentarlo fueron los historiadores Luz María Méndez de la Universidad de Chile y Hugo Rosati de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en un acto que contó con la presencia de autoridades universitarias, directivos, estudiantes, familiares del autor e invitados especiales de otras instituciones universitarias del país.
En sus palabras la historiadora Luz María Méndez agradeció la posibilidad de presentar el libro de quien iniciara su propia formación en el área. Valoró el que continuara en la tradición del estudio historiográfico chileno iniciado por Barros Arana, y el aporte en la compleja metodología de estudio con la revisión de autores del siglo 16 y 17 en toda su diversidad literaria, como autores epistolarios, cronistas, creadores narrativos en su condición de ser civiles, militares, religiosos, funcionarios de la corona, etc. «Con una introducción que expone y se interroga acerca del conocimiento humano, donde aborda los motivaciones y objetivos que se trazan los investigadores antiguos y contemporáneos cuando escriben historia y con el contenido mismo de su análisis en los capítulos del libro, que se refiere a la comprensión de los escritores coloniales de los siglos 16 y 17, utilizando la moderna metodología de hacer historia comparada».
Méndez planteó la pregunta de ¿Por qué dedicar la vida intelectual al estudio del pasado humano y de Chile? «La respuesta se puede sintetizar bien en la relación del pasado y del presente, pues lo contemporáneo no se explica sin el pasado, en opinión del autor el presentismo, sólo desorienta a niños y jóvenes, les produce un desarraigo temporal y cultural, y además una ignorancia a los antecedentes de las causas de los problemas que viven. Y es esta relación pasado presente la base en la cual descansa para Don Mario, la razón de la búsqueda de las actividades científicas de los historiadores actuales. Sorprende esta síntesis tan moderna en un profesor y académico de tan larga trayectoria. En este libro Don Mario nos muestra plenamente que su reflexión está viva y muy actualizada. Coincido con él y me interpreta plenamente, el pensar que esos mundos reflexivos antiguos viven en la cultura del presente de los seres humanos de hoy, que enfrentan a otra escala y en otro tiempo problemas similares que resolver. Pues bien eso justifica el estudio de la historia de Chile y de sus escritores coloniales y como bien dice Mario Orellana: ´los conocimientos históricos son una de las bases más poderosas del sistema educacional de nuestra nación y descubrir la relación de los sucesos del pasado con los del presente es un acto investigador valioso, una construcción hermosa, una representación artística que merece hacerse y disfrutarse´», indicó.
Hugo Rosati por su parte también coincidió en la necesaria revisión de esos textos para entender el presente, y expresó su molestia de que cada vez menos, se lean los textos del siglo 16 y 17, un periodo fundamental que incluso muchas universidades omiten, indicó.
Valoró también la metodología comparada usada por el autor. «Uno al leer el libro se da cuenta de que el método comparativo ayuda a ir construyendo una mejor historia para el siglo 16. Sin ello, la historia quedaría trunca. Eso se ha ido perdiendo porque actualmente no hay un tiempo de reflexión para la comparación, para las conclusiones acerca de temas como la organización política, familiar, social, etc. Método que enriquece y permite ir sumando y armando un cuadro histórico, y luego reconstruir y escribir la historia de esos siglos. Comparando a los autores, como lo hace Mario, se nos dice que si nosotros nos quedamos sólo con una lectura, no tendríamos la visión completa del siglo 16, 17 y 18 de Chile, haciéndose necesario seguir en este camino».
(Prensa U. Pacífico)