Por Francisca Rodríguez
Hay libros que invitan a un viaje profundo, subterráneo. Libros que sumergen al lector en los abismos, que calan hondo, que dejan huella.Que crean imágenes que reverberan, construidos con palabras que tienen eco. Aquellos libros que al ser leídos una segunda o tercera vez, siguen sorprendiendo tanto o más que la primera. Ese es el caso de Medular, de Andrea Calvo Cruz.
No hay nada inocente o accidental en la escritura de la autora. El uso preciso del slang, de anglicismos y palabras referidas a las redes sociales le permite construir textos frescos y actuales. Cada frase, título o epígrafe ha sido elegido con delicadeza, demostrando un dominio exquisito de la microficción. Tanto así, que sorprende saber que este es su primer libro publicado.
Con una pluma certera y ágil, la escritora nos conduce al inframundo a través de un pasaje compuesto por 47 microcuentos. Estos están organizados en cuatro apartados, cada uno de los cuales empieza con textos seriados: así, la escritora conduce al lector hacia las profundidades. Los círculos concéntricos que anteceden a cada uno de los apartados dan las pistas acerca de los niveles en los que se va ingresando.
Medular es un libro que logra estremecer y conmover al lector. Es un conjunto que textos que incomoda, que obliga al lector a posicionarse valórica y políticamente en cada página. Son textos escritos de manera tan brutal como delicada y que Ediciones Sherezade sabiamente incorpora a su catálogo de microficción. El libro, en tanto objeto, es una publicación hecha a mano, de 300 ejemplares numerados, en un formato de bolsillo y a un precio accesible. Es uno de los libros imprescindibles para el lector ávido.