Editado bajo Emecé, Nostalgia del desierto es una novela que inspira mucha ternura, donde se vive del recuerdo y de los escenarios del pasado (Norte de Chile de la época de las salitreras) ayudando a crear ambientes que siguen vivos en la retina de los protagonistas.
Rebeca, Peggy y Eddie son los que hacen de Nostalgia del desierto una historia singular. Pero son ellas dos las que se destacan en la novela, revelando intrigas, consejos y sabiduría.
Fácil de leer, rápido y lo más lindo es el sentimiento que le puso Carolina a la historia, su segunda novela. La primera es El final del sendero (también Emecé).
También se tocan temas como Dora, la misteriosa Dora. Una amiga que uno no sabe si existió o si fue un invento de la tía que juega con una reservada historia que, si hoy la revelamos, es algo más común que antes.
Características y descripciones que ayudan a entender el ambiente. Sin eso la magia del desierto, los olores que emanan las distintas características ayudan a entender mejor el libro, las escenas, las vivencias. Una novela bien contada, donde las emociones se tocan a flor de piel, en las que intercalan existencias y en que diferentes colores sean parte de los diálogos entre los protagonistas haciéndose parte de ellos.
La familia, y su significado, es el símbolo imperativo dentro de esta novela. Es el sentimiento de fuerza, donde el amor crea y hace que todo sea algo necesario.
Es un libro lleno de paisajes preciosos, donde el desierto juega un rol importante en la vida de los protagonistas, en especial de Peggy, una mujer de carácter, donde un accidente en su juventud le jugó una mala pasada y la dejó con un ojo de vidrio.
Nostalgia del desierto es un libro que estremece. Que te invita a descubrir nuevas ideas, horizontes hermosos que merece ser leído. Una relación con el pasado, presente y un futuro incierto. Recomendable.