Sábado, Septiembre 7, 2024
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Pasaporte Literario: «Estamos convencidos que la caja es un eslabón más en la difusión del libro»

Después de un viaje de dos años Rosario Andisco y Alfonso Palacios se pusieron de acuerdo en armar una caja uniendo el mundo de las letras y de las artes creando «Pasaporte Literario», una forma atractiva de dar a conocer el mundo cultural chileno. Acá conversamos detalladamente sobre la idea de fomentar la lectura de las editoriales independientes, como también el arte nacional.
Cuéntenos un poco de ustedes, de dónde nació la idea de hacer esta caja cultural

-Los fundadores del proyecto somos Rosario Andisco, 29 años, Periodista, y Alfonso Palacios, 36 años, Ingeniero Comercial. Pasaporte Literario se empezó a gestar en enero de 2019 en España, pero recién al volver a Chile después de un viaje de dos años, en abril de ese año, lo pusimos en marcha. La idea nació primero porque de regreso en Chile, queríamos dedicarnos a algo que nos apasionara, y que nuestro trabajo aporte de alguna manera a las personas y al mundo de la cultura. Somos aficionados de la lectura y amantes del arte y pensamos cómo podíamos unir estos dos mundos que están estrechamente relacionados, a través de una propuesta novedosa, atractiva y diferente.

Tuvimos varias ideas y fuimos descartando algunas por diferentes razones, hasta que llegamos a la caja Pasaporte Literario, que nos pareció que congregaba a la gente amante de los libros, el arte, los oficios, lo artesanal y además podíamos darle un plus potenciando que todo tenía que ser hecho en Chile y ayudar a la venta y difusión de talentos del mundo cultural chileno. Ahí surgió la idea, y empezamos a investigar si existía algo similar, a pensar cómo llevarla a cabo a conversar con amigos y gente ligadas al mundo editorial, artística y a las manualidades y llegamos a la conclusión de que la propuesta era más que recibir solo «algo», era un experiencia única y que además gustaba.

En paralelo nos dimos cuenta que el mundo editorial y artístico independiente chileno no llega a todos los sectores de Santiago y tampoco a regiones y era necesario darle vitrina, porque hay mucho interés de personas que son ajenas y no se enteran de lanzamientos de libros, ferias, de exposiciones de arte o ferias de oficios y productos locales. Ahí vimos una muy linda oportunidad de empezar con la iniciativa y fomentar la lectura. Y empezamos a planear la primera edición que fue en julio del año pasado. En julio cumplimos un año y estamos preparando una hermosa caja para celebrar el aniversario.

Ya contamos con más de 200 suscriptores/as y esperamos se sigan sumando muchos más.

 

¿Cómo se consiguen los elementos de la caja?

-La «curaduría» o elección de los elementos que incluimos en la caja es hecha por nosotros. En el caso del libro, contactamos a las editoriales (independientes chilenas) y les pedimos el calendario trimestral/semestral/anual de sus publicaciones en pos de coordinar que salga en la caja antes de que esté disponible a la venta. Según la disponibilidad de títulos al mes, leemos las alternativas y en base a las temáticas, género y la disponibilidad del autor o la autora a firmarlo y dedicarlo elegimos cuál será la novedad del mes.

Para elegir a los/as artistas vamos a todas las ferias, exposiciones, investigamos en Instagram y escuchamos recomendaciones tanto de artistas que hayan participado en el proyecto como de conocidos del mundo artístico. Los contactamos y calendarizamos según técnica o disciplina con el fin de no repetirlas en el corto plazo. La solicitud es que la obra sea creada especialmente para nuestra edición y no hay ningún tipo de bajada de línea. Nosotros recibimos la reproducción de la obra digitalizada y nos encargamos de hacer las reproducciones impresas con un reproductor de arte profesional, en papeles 100% algodón, de buen gramaje y libres de ácidos, que es el mismo tratamiento que se les da a las reproducciones de obras que se exhiben en los museos y galerías de arte. No censuramos ni cambiamos la inspiración y creatividad del artista.

Respecto al elemento extra, hemos ido conociendo oficios, artesanos/as, emprendedores, pymes en diversas ferias. Si no, buscamos por internet, investigamos. Generalmente, se nos ocurre qué podría ir y buscamos personas que puedan, siguiendo su línea de trabajo, adaptarse a lo que queremos, o viceversa. Por ejemplo: queríamos hacer un separador de libros en cobre, conocimos a una orfebre, le dimos una referencia y ella creó desde cero su versión, muy en línea con su estilo de joyas.

Otro caso: en abril participó un ceramista. Cuando lo conocimos en una feria, nos encantó su trabajo, su sello son las calaveras. Vimos que tenía cientos de porta inciensos y una escultura de una calavera sentada sobre muchos libros. Le dijimos que nos encantaría que participara idealmente para el mes del libro. Y ahí mismo, viendo todo su trabajo y conversando, decidimos los 3 que en honor al libro debería incluir uno de esos que ya había trabajado, pero que habría que darle una vuelta para que además cumpliera un rol funcional. Así decidimos que podría ser un porta inciensos. De hecho, los aromas están muy relacionados a la lectura. Así logramos darle una vuelta que tuviera sentido.Además de elementos decorativos, nos gusta que sean funcionales cuando es posible, o que acompañen a la experiencia (como por ejemplo un chocolate, vino, etc.). Y buscamos que cada elemento tenga un sentido y/o relación con la literatura y el arte.

¿Por qué el nombre «Pasaporte Literario»?

-Difícil de responder. La verdad que apenas se nos ocurrió la idea, lo primero que empezamos a hacer fue tirar nombres, y hacer una especie de brainstorming. Como estábamos viajando, la idea se gestó durante el viaje, y somos amantes de los viajes encontramos que debía tener una relación. Además, creemos que un libro (y la cultura) es como un viaje. Uno a través de las páginas, una imagen o una historia puede conocer, imaginar o viajar a paisajes/lugares lejanos, reales o ficticios y experimentar los mismos sentimientos y sensaciones que experimenta cuando viaja.

Así quedó Pasaporte Literario, fue una elección rápida, cuando surgió en la conversación dijimos ¡éste es! Además, es fácil de recordar, pasaporte se asocia a viajes y un viaje siempre es una experiencia anhelada y enriquecedora. Ya de hablar de «proyecto de caja literaria para cuando volvamos» pasamos a hablar de «Pasaporte Literario» a los pocos días de haberla «pensado». Y a pesar de haber ajustado muchos puntos débiles de la idea inicial, decidimos que quedaría ese nombre. ¡Y nos encanta! Además, desde que se nos ocurrió la idea hasta que la implementamos, pasamos por diferentes ciudades, y en todas le dedicamos al menos 2 horas al día a pensar y avanzar. Finalmente, de pura casualidad o no, para la etapa inicial fue fundamental la colaboración de personas de diferentes partes del mundo.

El logo lo hizo un amigo ucraniano, de Lviv, que nos alojó a través de la página colaborativa «Couchsurfing», que es alojamiento gratuito para compartir experiencias con otras culturas y nacionalidades. Cuando lo conocimos nos mostró su trabajo y nos encantó, así que le dijimos que apenas nos asentáramos después del viaje, sea donde sea, partiríamos con algo propio y lo llamaríamos para que sea parte. Fue complicado porque hablaba muy poco inglés, pero entre llamadas, mails y el traductor de Google para expresarnos en ucraniano logramos llegar al logo ideal. El diseño de la caja lo hizo una conocida argentina, después de no lograr llegar a lo que buscábamos con diferentes diseñadores/as.

Ustedes buscan democratizar el arte, ¿cómo ven eso en Chile?

Sí, uno de nuestros objetivos es democratizar el acceso al arte, muchas veces pensado como algo exclusivo, caro y de unos pocos. Es verdad que muchas veces es percibido de esa forma, y creemos que ha gustado mucho el proyecto en ese sentido. Sin embargo, incluso ahora, ha sido muy difícil instaurar el término «fine art» y «calidad museo». Si bien nuestras impresiones son hechas por un reproductor de arte profesional, y en papeles 100% algodón y libres de ácido, como hacen los artistas y las galerías de arte, muchas personas aún piensan que están recibiendo simplemente una postal, una ilustración o una lámina. De a poco, fuimos remarcando esos detalles en nuestras redes en pos de que sepan que lo que reciben es realmente una joyita, a pesar de ser en un tamaño pequeño.

Todas las obras van seriadas y firmadas por su autor, y son una edición limitada. Por lo tanto, además de recibir una obra inédita tiene el mismo valor que una reproducción que pudieran comprar a través de una galería de arte o al mismo artista, solo que, en un formato, la mayoría de las veces, de 10×15 cm. También enmarcamos y publicamos fotos de cómo queda la colección completa, para dar ideas y que la obra no quede por siempre en el sobre. Bien conservadas, los prints duran muchísimos años, ya que el papel propicia eso.

Es muy gratificante y lindo ver que hemos llegado a diferentes rincones de Chile y a diversas comunas de Santiago. Los mensajes de agradecimiento que hemos recibido son una verdadera inyección de motivación para seguir. Hay lugares donde no hay espacios culturales o eventos que permitan vincular a artistas con posibles compradores o admiradores de su trabajo, por lo tanto, estamos convencidos que de cierta forma (a través de la caja) estamos ayudando a que eso empiece a suceder.  Además, somos un especie de espacio de difusión para los artistas,creemos que hay mucho talento en Chile pero que cuesta hacerse conocido y trascender. También apuntamos a que la gente que conoce a los artistas a través de nosotros le compre un original o una reproducción a mayor escala.

¿Cómo ha sido la bienvenida de esta caja cultural?

-En general, desde el inicio ha gustado mucho. En un principio nos costó que se entendiera bien en qué consiste la caja. Al ser un concepto nuevo, fue difícil explicar bien qué incluye, el ciclo de ventas y entrega, además al estar comprando algo sorpresa, a ciegas, sin saber lo que viene en su interior, fue todo un desafío.Nos costó lograr una base sólida de suscriptores, la realidad es que más allá de la publicidad pagada, el boca a boca ha sido nuestro mejor aliado. Es difícil entrar al mercado con un producto que aún no existe (es decir, existen las suscripciones a cajas de otros productos y una persona que vende «cajitas literarias» pero con un concepto y público muy diferente al de nosotros) y sobre todo sin tener una historia de cajas pasadas, donde se entendiera claramente en qué consiste. Por eso, al principio sin nada tangible era difícil de explicar y que se lo imaginaran. Ahora llevamos varios meses de cajas/ediciones impecables y hemos trabajado con editoriales muy valoradas en el medio, por lo tanto, nos vamos validando.

Respecto a la recepción e interés de los participantes de la caja, los artistas, artesanos y emprendedores siempre se mostraron más motivados. Y creemos que es porque la difusión de su trabajo es más complicada y aparecer en la caja es una buena vitrina. Además, no pedimos sampling gratuito, sino que toda participación es pagada, por lo tanto, mientras más cajas vendamos, mejor nos va a todos/as.

Al principio, lograr la atención de las editoriales, que nos respondieran y se tomaran en serio la propuesta costó un poco más. Si bien muchos/as editores/as se mostraron receptivos y abiertos a participar desde un inicio, muchos otros recién cuando tuvimos un número considerable de cajas vendidas o vieron que empezábamos a tener harta interacción en redes sociales vieron como una buena vía participar.

Estamos convencidos que la caja es un eslabón más en la difusión del libro, no es o la editorial o Pasaporte, o la librería o Pasaporte, o la distribuidora o Pasaporte, etc. Sino que se complementa y todos somos aliados en el fomento de la cultura y la lectura.  Nosotros trabajamos cada mes con una editorial diferente, y compramos en firme (pago al contado contra entrega de los libros), sabemos que tener liquidez para pagar la impresión, edición y derechos de autor de los libros es muy importante para editoriales independientes. Por lo tanto, es súper conveniente para ellos. Además, llegamos a personas que muchas veces no conocen a muchas editoriales independientes y locales y si les gusta el libro es un posible consumidor adicional (para comprarles directamente).

 

Curiosidad, ¿qué lleva la caja?

-Todos los meses en la caja te llega una novedad literaria que aún no se encuentra a la venta en librerías u online de una editorial independiente chilena diferente. El libro llega dedicado y firmado a nombre del suscriptor/a por el/la autor/a, o en el caso de que no sea posible por el/la editor/a. Es como una exclusividad.

Junto al libro va una reproducción profesional calidad fine art de una obra creada especialmente para la caja por un artista local. Cada mes llega una obra de una técnica diferente, por ejemplo: grabado, fotografía, batik, óleo, acrílico, etc. Impresa en papeles 100% algodón libres de ácido. Firmada y seriada por el artista. Además, hacemos una cantidad limitada, por lo tanto, es inédito y un único tiraje.

A eso le agregamos un elemento adicional hecho 100% a mano, por un emprendedor, pyme o artesano local. Por ejemplo: un marcador de páginas, una libreta, una plaquette de poesía, un morral, un porta incienso de cerámica, una terrario eterno, una vela, entre otras cosas.

Y por último, una ficha de la «curaduría» donde explicamos por qué elegimos cada elemento, mencionamos a quienes participaron con sus datos de contacto y redes sociales, y contamos un poco de qué va la edición del mes. Es en un lenguaje coloquial, cercano, nos gusta que sea de «tú a tú», no alejar a quienes nos compran que muchas veces no pertenecen al mundo del arte o la literatura sino más bien que sea como la recomendación de un amigo, genuina.

Todo el contenido es sorpresa, es decir, recién te enteras lo que compraste cuando abres la caja. Y eso ha gustado mucho, porque ahora que ya tenemos varias ediciones, hay mayor expectativa y ansiedad por saber qué vas a recibir, algo que seguro te va a gustar. Muchos suscriptores/as nos han escrito que es como estar de cumpleaños todos los meses, y encontramos que es una muy buena analogía.

¿Este método ha ayudado a que escritores como editoriales independientes se hagan más conocidos?

-Sí, creemos que sí. Tenemos diferentes tipos de público. Está la persona que lee muchísimo, compra directo a las editoriales, va a ferias, va a librerías y está inmerso de cierta forma en el mundillo pero aun así le gusta recibir una cajita sorpresa, y animarse a leer algo que quizás no hubiese sido su primera elección a la hora de comprar, o le gusta esto de que le llegue una exclusividad antes de que pueda encontrarlo en punto de venta. Por lo tanto, en estos casos, muchas veces ya conocen a las editoriales, pero les fascina esa cercanía, y a veces se sorprenden al no conocerla o si no habían tenido la oportunidad de acceder a una de sus publicaciones.

Por otro lado, la persona que disfruta leer, pero no lo hace muy seguido y menos sale a comprar. Desconoce que las editoriales tienen venta directa. Y, de hecho, este grupo podríamos dividirlo entre quienes quizás compran online o se animan a la venta directa, o por más que sepan que lo tienen, no lo harán.

Hemos incluido libros de editoriales pequeñas que no publican muchas novedades al año y nos han escrito varias personas felices de que les hubiéramos presentado una editorial que no conocían ni tenían en su radar. Seríamos felices si eso se traduce en nuevas ventas directas para la editorial, o si tienen que elegir un libro en una librería que puedan preguntar por la editorial y elegir de su catálogo.

También están los que deciden regalar o autoregalarse y les hace feliz la experiencia completa más allá del libro. Les gusta sorprenderse, conocer nuevos talentos, pero no son compradores frecuentes. Mucha gente al hacer un regalo encuentra que un libro solo puede ser muy poco, pero el hecho de que sea sorpresa, que traiga una novedad, firmada a nombre de la persona que le regalas, que venga con arte y algo adicional, en una linda caja, con una tarjeta con tu dedicatoria, hace del regalo algo más redondo y la percepción es más valiosa.

Y claro que, para los escritores, sobre todo los locales, es muy gratificante saber que sus libros van a todo Chile, a algunas comunas donde ni siquiera hay librerías, a un costo de envío muy muy conveniente. Las personas que son parte de la comunidad de Pasaporte Literario son muy agradecidas y les encanta los detalles. Así que muchas veces etiquetan en sus publicaciones de develación de contenido a los autores, los felicitan, los empiezan a seguir. La verdad que se da algo muy lindo. Y sin dudas, muchas personas empiezan a valorar más a los escritores nacionales al darse cuenta de que hay mucho potencial, pero poca divulgación.

Los chilenos, ¿leemos?

-Esta es una pregunta muy interesante. Según la evidencia empírica, no: encuestas, estudios, índices lectores, etc. Nos leímos todo antes de partir con el proyecto, nos juntamos con gremios que agrupan a las editoriales independientes. Sin embargo, decidimos seguir de igual forma, porque en muchos casos es un problema de acceso, no de falta de ganas o interés por la lectura. Y estábamos convencidos que si lográbamos generar una experiencia y una propuesta atractiva y original iba a generar interés.Esa clasificación por así decirlo que hicimos de nuestros suscriptores un poco da nota de eso. Hay personas que con un incentivo o una propuesta original y novedosa se animan a leer. Hemos recibido mensajes de personas que se pusieron un desafío lector una vez que empezaron a recibir la caja, que se reencantaron con la lectura y volvieron a leer frecuentemente gracias a Pasaporte Literario.

Hemos llegado a comunas donde el acceso a librerías, centros culturales, galerías, cafés, museos, hasta parques, es nula, y donde ha habido mucho interés en el proyecto. Las librerías en general están muy centralizadas en Santiago y en ciertas comunas, pero hay personas dispuestas a invertir en cultura y en libros en otros lugares, hay que romper los paradigmas y llegar a ellos. Creemos que la caja es una forma muy atractiva, poco convencional, y accesible. Sobre todo, por los costos de envío. En la Región Metropolitana está incluido. Esto es porque, hasta el momento, lo hacemos nosotros para poder llegar con los costos. Al resto de Chile enviamos por Correos de Chile. Y las personas de región tienen el mejor costo de envío del mercado al pedir la caja ya que nosotros cubrimos gran parte, y esto lo podemos asegurar con certeza, porque nuestros costos de envío son mejores incluso que los de grandes empresas y cadenas de librerías. Eso ha sido fundamental para incentivar que la caja viaje a todo Chile y para ser un pequeño aporte para descentralizar el acceso a cultura.

¿Cómo funciona la caja cultural?

-Nuestro ciclo es de 16 de un mes al 15 del siguiente. Por ejemplo: para acceder a la caja de julio, las ventas abren el 16 de junio y hay plazo hasta el 15 de julio para comprar la caja del mes. Luego, recopilamos el contenido, lo personalizamos, armamos las cajas, y despachamos los últimos cinco días hábiles del mes con el fin de que a todos les llegue al mismo tiempo y el factor sorpresa se mantenga hasta que develamos el contenido el último día del mes.

Tenemos diferentes alternativas de compra en nuestra web: Suscripción (El suscriptor recibe la caja todos los meses. Solo es posible con tarjeta de crédito y se cobra en forma automática. Puede cancelarse o retomar cuando se desee), Compra única de la caja del mes (solo por un mes o algunos meses al año) y Regalar 1, 3 o 6 meses (opción que se escoge en el momento de la compra, para el caso de 3 y 6 meses hay un precio promocional. Incluye una tarjeta con el mensaje de dedicatoria de la persona que está regalando). Tenemos habilitados todos los medios de pago. 

¿Cuál es el fin del proyecto?

-El primer objetivo es personal o meta de pareja que es poder trabajar en algo que nos apasiona, entretiene, preocupa, y hace felices.

Es un gran privilegio poder elegir, hacer algo que además de beneficiarnos, de cierta forma, es un aporte a la comunidad y la sociedad.Como amantes de los libros y del arte creemos que no hay nada más lindo que poder acercarle a personas comunes y corrientes, como nosotros, que quizás no están inmersos en los círculos artísticos, algo tan valioso y preparado con dedicación. La caja es un autoregalo hermoso que, si no fuera nuestro, de seguro estaríamos suscritos. Sobre todo, en los tiempos que corren, y en un país donde el acceso a la cultura per se es caro, nos alegra ser un nexo y la alternativa a que todos puedan gozar y disfrutar de un buen libro y una obra de arte. Todos debemos tener la posibilidad de coleccionar y de apreciar la cultura. No debe ser de solo unos pocos, de los «entendidos» en la materia, ni un privilegio de clases o de donde uno vive.

El fin es que todos podamos acceder a la cultura, porque es lo que mantiene despierta a la ciudadanía, lo que nos define, nos hace más fuertes y seguros.Otra cosa, es que todo es hecho en Chile, y valorar lo nacional es importante. Empezar a darnos cuenta de que hay mucho talento y potencial, y que a la par de consumir cultura de afuera, podemos maravillarnos con lo que tenemos cerca.Ojalá poder seguir sorprendiendo, divirtiendo y acompañando cada vez a más gente. Y ojalá cada vez se sumen más editoriales, más artistas, más artesanos y pymes. Porque además de un trabajo, ha sido muy gratificante conocer a tanta gente, además de un constante aprendizaje porque muchas cosas las vamos aprendiendo y mejorando en el camino.

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Pasaporte Literario es una caja cultural y sorpresa, y su contenido es 100% hecho en Chile. Más información en www.pasaporteliterario.cl

Francisca Gaete Trautmann
Francisca Gaete Trautmann
(Santiago, 1985) Periodista de la Universidad Gabriela Mistral. Ha trabajado para revistas, televisión y medios online. Ha seguido cursos de escritura creativa. Le encanta escribir, escuchar música. Vive en Santiago.
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