Se conocieron trabajando en un recinto escolar y se llevaron muy bien. Unieron fuerzas y crearon A ser feliz se ha dicho!, un libro lleno de aventuras, consejos, juegos lúdicos, ilustraciones preciosas que abre la mente y acoge el corazón y donde la literatura e ilustraciones han causado furor… Con ustedes, Paulina Martínez y Josefina Labarca.
—Cuéntenme de ustedes y de cómo llegaron a escribir este libro
—Como nos gusta decir, somos una psicóloga y una psicopedagoga unidas por un lápiz: Paulina escribe y Josefina dibuja. Vendríamos a ser como los hemisferios derecho e izquierdo detrás de A ser feliz se ha dicho!.
Nos conocimos como compañeras de trabajo en el equipo de convivencia de un colegio de Santiago (si les interesa saber, en el Colegio Alemán Sankt Thomas Morus) y además de reírnos mucho, fuimos reuniendo experiencia, conocimientos y técnicas para favorecer el aprendizaje y el bienestar de estudiantes y profesores en el ambiente escolar. Pasó el tiempo y la vida nos llevó a otros lugares, pero teníamos en mente que «cuando la Pauli escriba un libro, la Jose lo va a dibujar». En ese momento era sólo un sueño muy tierno, un libro imaginado sin contenido ni tiempo.
—A grandes rasgos, y sin spoiler, ¿de qué trata A ser feliz se ha dicho!?
—A ser feliz se ha dicho! es un libro de actividades, así que más que «tratarse» de algo, lo que hace es ofrecer un abanico de posibilidades de acciones simples, pero potentes, que las personas pueden practicar en la medida que tengan sentido para ellas y que a la larga irán mejorando su sensación de bienestar.
Las actividades se plantean como un juego, pero tienen una base científica que las justifica y que está brevemente explicada.
La idea es que el libro en sí sea un libro feliz, algo que se tome en las manos y la felicidad ya se sienta, como una especie de varita mágica que transporte al mundo de las emociones agradables. Por eso en él, la forma era tan importante como el fondo. Y por lo mismo, la ilustradora es coautora, porque sus dibujos son contenidos también.
Y ¿sabes qué? Eso se ha cumplido con creces. Muchas personas nos han dicho «de sólo verlo ya me siento mejor». Y a nosotras, este libro nos ha transformado la vida. Nos ha llevado a estar en lugares que nunca pensamos —firmando en la Feria del Libro e Santiago, dando charlas de felicidad en colegios, en ferias de emprendedores—. Ha sido como un maestro para nosotras. Y lo mejor de todo es que por esto, confiamos en él, en que sí puede hacer que las personas sean más felices.
—El título abarca «disfrutar la felicidad». ¿Por qué quisieron hablar del tema?
—Te contaba que trabajamos muchos años en un Colegio como parte del Equipo de Convivencia y, directa o indirectamente, todo lo que se hace allí es trabajar en pos de la felicidad, disculpando lo cliché de la frase.
En eso llegó la pandemia, mostrándonos fríamente cómo la felicidad se nos podía escapar en medio del miedo y del encierro. Y sentimos que había que hacer algo, sobre todo porque lo que más queremos los humanos para quienes más queremos, es que sean felices. Y es extraño esto, porque siendo tan importante, como sociedad dedicamos poco tiempo a conseguirla, sobre todo si lo comparamos con todos los recursos invertidos en aprender Matemáticas, Lenguaje, o Ciencias Naturales. Está muy bien aprender todo eso, sin embargo, suena un poco desproporcionado cuando las investigaciones dicen que el 90% de la población occidental quiere ser feliz por sobre todas las cosas.
Entonces miramos nuestra experiencia y fue como: «wow, hay mucho que podemos compartir, que puede ser un aporte significativo para el mundo, esto no se puede guardar». Lo sentimos como un deber moral, un mandato del alma, por decirlo de alguna forma, algo que había que hacer, sin escapatoria.
—«Un buen día vi el libro —nos cuenta Paulina— se apareció en mi mente con lujo de detalles y tuve clarísimo lo que tenía que decir. No miento si digo que es un libro que se escribió solo, como si me fueran dictando, tuve que tomar un cuaderno cualquiera para que las ideas no se arranquen, y escribir muy apurada. Fue muy raro y lindo a la vez. Todo lo que alguna vez había leído, aprendido, practicado salía a borbotones. El libro estuvo escrito en dos días».
Pero otra cosa fue terminarlo, porque ese libro tenía dibujos, así que habría que convencer a Josefina de hacerlos. Ya les contaremos cómo fue eso.
—La importancia de la música, los colores, meditar y dormir en el bienestar es primordial. ¿Qué opinan ustedes?
—Absolutamente de acuerdo. Y lo bueno es que hay muchas investigaciones que se están dedicando a comprobar los efectos benéficos de estas y otras acciones. Por ejemplo, para la meditación, actualmente hay un boom de investigaciones y los resultados son ampliamente consistentes. En resumen, favorece el buen funcionamiento del cerebro y promueve la salud. Así no más.
En cuanto al sueño, sabemos que hay que dormir bien, pero sólo algunos saben que el sueño prolongado desintoxica el cerebro, pues la actividad de limpieza profunda se hace ahí. Esta limpieza es un factor protector contra el Alzheimer. Tiene además efectos en la salud y en la memoria, entre muchos otros beneficios.
La música también tiene todo un cuento. A través de sus vibraciones puede realmente sanar ciertos tejidos del cuerpo, por ejemplo, hay terapias que se hacen a base de música de cuencos tibetanos y los resultados son increíbles. A nivel más básico, la música tiene efectos en las emociones. Ciertos ritmos nos hacen bailar y ¿sabes qué? bailar es un poderoso interruptor que puede cambiar emociones desagradables en agradables. Y no sólo eso, también favorece la memoria, tiene todas las ventajas de ejercicio y, al practicarse en grupo, fomenta la cohesión.
Y los colores son vibraciones, de modo que influyen sutilmente en nuestra emocionalidad.
Lo hermoso de todo esto es que son actividades que se pueden hacer fácilmente, ¡gratis!, sin usar mucho tiempo increíble (salvo dormir) y realmente nos hacen sentir mejor.
Eso tiene que saberlo el mundo, ¡son noticias excelentes que nos hacen tan bien! Y hay muchas más.
—¿Cuál es el rol de cada una de ustedes en A ser feliz se ha dicho!?
—Como dijimos al inicio, es como si Paulina hubiera sido el hemisferio derecho del cerebro detrás del libro y Josefina, el izquierdo. Paulina lo escribió y Josefina lo dibujó. Pero al igual que en el cerebro, al ir trabajando juntas, los mensajes de uno y otro lado se fueron comunicando y luego de muchas sesiones de risas y trabajo, fue naciendo un libro en el que Paulina también dibujó y las ilustraciones de Josefina eran parte del mensaje en sí.
Nos encantó eso, que las ilustraciones fueran información, no sólo lindos adornos. Ellas transmiten emociones, como si tuviesen una almita detrás o por sobre ellas.
—Josefina, ¿cómo fue el trabajo de ilustrar este libro?
—Fue todo un desafío, yo estaba cursando una depresión y además no dibujaba desde los 18 años (actualmente tengo 34), y no tengo ninguna formación al respecto. Entonces, tuve que enfrentarme con fuerza al síndrome del impostor, tanto por ser parte de un libro que te ayuda a ser feliz y yo estaba con depresión, como también por estar ilustrando y no ser ilustradora. Además, cometí muchos errores: un ejemplo fue que hice todas las ilustraciones a lápiz y papel y después de tenerlas todas listas, nos enteramos que tenían que ser hechas digitalmente. Así que nos compramos tablets y tuvimos que aprender a usar aplicaciones de Ilustración digital.
Igualmente, el contenido del libro me generaba tanto amor, y conecté de manera tan potente con el mensaje y la necesidad de que se esparciera por el mundo, que las ilustraciones salieron prácticamente solas, creo que todas salieron a la primera.
Pero todos esos desafíos y haberlos superado, significaron para mí una sensación de «expansión» y ahora siento que puedo enfrentar casi cualquier desafío, me dio como un súper poder.
También, volver a trabajar con mi amiga fue hermoso.
Este libro ha sido y sigue siendo, un regalo de la vida tras otro.
—La felicidad, ¿se puede enseñar y entrenar?
—Definitivamente sí, aunque hay que ser respetuoso al afirmar eso. Las investigaciones dicen que aproximadamente la mitad de la capacidad para ser feliz se asocia a la herencia, un trozo pequeñito, a las circunstancias de la vida y un 40% a las acciones intencionadas para desarrollarla. Con profundo respeto hacia quienes tienen una carga genética que no les es favorable y/o a quienes enfrentan situaciones de vida muy dolorosas, se puede decir que hay una «porción» importante de la felicidad que es posible aprender, desarrollar y enseñar.
Dentro de estas, lo que más favorece la vivencia de felicidad son las amistades o las relaciones sociales significativas y cercanas. Todas las acciones que contribuyan a construir estas relaciones serán beneficiosas: ser amable, darse la oportunidad de reunirse con otras personas, contar lo que nos pasa, reírnos con los demás o simplemente compartir historias. En esta misma línea, hacer cosas por otros, trascender a uno mismo genera una sensación de aportar al universo que nos hace sentir felices.
Otra porción importante de felicidad se lo lleva la capacidad de sentirse agradecido o simplemente reconocer lo que es bueno en nuestra vida y procurar recordarlas permanentemente.
Hay muchas más, pero dejémoslo hasta acá para que ¡quieran leer el libro!
—¿Para qué edad es este libro?
—Fue divertido lo que pasó en este tema. Lo pensamos para adolescentes y adultos que tuvieran «alma juguetona» y resulta que ha sido súper transversal. Muchos hombres, sobre todo con hijos escolares, lo han disfrutado, y también les ha encantado a personas de la tercera edad, sobre todo por ¡el tamaño de la letra! Y eso es más divertido aún, te cuento por qué: cuando vimos la primera maqueta del libro físico con esa letra, la consideramos un error, pero cambiarla significaba modificar todas las ubicaciones de las ilustraciones, así que decidimos dejarla. Y resultó que ha sido súper valorado «es de los pocos libros que puedo leer», nos dicen, o «al fin un libro que no tengo que leer con lentes». Es muy bonito, porque aceptar los errores también contribuye a la felicidad y con esto, pudimos vivirlo en primera persona.
Así que, para volver a tu pregunta, ha resultado ser muy versátil. Y afortunadamente, como pensamos al principio, también les ha gustado a las adolescentes, quienes lo guardan y no se lo muestran a nadie, de lo que deducimos que hacen las actividades.
—¿Para quién es este libro?
Para todos los que quieran tener un mayor bienestar en la vida y que quieran jugar un poco.
—¿Dónde podemos encontrar A ser feliz se ha dicho!?
Para compras en Chile, en nuestra página web www.visionholistica.cl y contactándose con nosotras por redes sociales: @aserfelizsehadicho en Instagram y Facebook.
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