«Los malos son los decepticons, aquellos que no viajan en el Transantiago, sino que andan solos en sus cuatro por cuatro, ocupando el espacio, el tiempo y la riqueza robados a otros. Poseedores del dinero del que se han apropiado manejando la maquinaria de la desigualdad.
Ostentando el brillo de las carrocerías, sin pudor pero con un poco de culpa. Poco, tan poco, que no cuenta. Seguirán siendo los perversos, los individualistas, los que ineludiblemente ganaron todo o casi todo lo que tienen con las malas artes del egoísmo, del sacrifi cio y la religión; esgrimiendo a sus familias como razón. Innumerables megatrones que sin embargo arrancan a esa hora al igual que Optimus Prime, pero en dirección a la cordillera.
Caminando en dirección a su autobot de la estación de Metro Universidad de Chile encontramos a Beto, quien camina como un zombi, con la mirada extraviada tras una mala noticia laboral. Conservará su trabajo, esa es la parte buena, pero lo cambiarán de subgerencia. Ala más penca, digámoslo con todas sus letras, donde probablemente tendrá que hacerse cargo de gran parte de las tareas más
abrumadoras y menos apreciadas».
Santiaguinos – Roberto Rabi
Mago Editores