Con una visión interna sobre el sistema judicial chileno, sus experiencias y qué nos falta cómo país en temas de leyes, Gonzalo Garay, notario y exjuez, publica su nuevo libro.
Con su séptimo libro, La vida de los otros, Gonzalo Garay trae una visión de la justicia chilena desde adentro. La obra es una recopilación de sus memorias durante sus años como juez en distintos Tribunales que nos llevan a cuestionarnos situaciones del sistema judicial.
Garay comenzó a dedicarse a la literatura hace cinco años, pero cree que el contexto que se vive en el Chile actual lo inspiró a tocar la temática de la justicia: «Sentí que tenía que hacerlo en este momento porque Chile está atravesando procesos históricos relevantes, pero también porque tenemos una institucionalidad que está un poco fragmentada».
El libro recopila distintas crónicas con las experiencias del autor, pero también de un exjuez que se atreve a decir cosas que muchas veces el sistema judicial no transparenta.
«Hay alguna reminiscencia de mi tiempo como juez de Derechos Humanos, de mis primeras experiencias, lo bueno y lo malo dentro de la institución. Pero también pude conocer y observar la naturaleza humana de los delincuentes que fue un eje central y vital en mi carrera», cuenta el autor, quien recopila estas historias tras decidir alejarse de la judicatura.
Además, expresa su disgusto por el sistema carcelario, en especial por la ausencia de una verdadera reinserción y por el tratamiento que se les otorga a los ancianos que caen presos por causas de Derechos Humanos.
«Hay personas que atravesaron gran parte de su vida sin cometer nuevos delitos y llegan a la cárcel a morir», manifiesta cuestionando la jerarquía que se vive en las prisiones en Chile, pero también que no contamos con un método de reinserción social. «A estas alturas más me huele a venganza que a una verdadera y real justicia pensando en los fines de las penas», añade.
La justicia que hace falta en Chile
La vida de los otros toca temas que Garay cree que como país no nos hemos hecho cargo ni de entender ni de desarrollar, como políticas públicas permanentes y de largo plazo: «Sin conciencia de nuestra naturaleza sudamericana, tenemos leyes súper avanzadas, del primer mundo, pero para gente que a veces transita por realidades totalmente diferentes. Entonces, la relación con la justicia me parece que está desactualizada».
Ante esto último agrega: «Tenemos una justicia plagada de derecho, muy garantista, para una realidad que a lo mejor no justifica ese tratamiento. Es necesario ajustar los procedimientos a nuestra realidad contingente».
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