La norteamericana Deborah Eisenberg ha lanzado este libro en plena época de pandemia y nos muestra en éste un trabajo potente. Gracias a la editorial Chai, y a la traducción de Federico Falco, podemos entender mejor el mundo que Eisenberg nos presenta.
El cuento es una narración breve donde se cuenta algo. Fin. Y acá en Taj Mahal se cuentan aventuras, amores, artistas en descenso, entre otras cosas. Este libro tiene seis cuentos donde Deborah Eisenberg nos relata las historias más insólitas que a muchos nos podrían pasar.
Es que este libro tiene algo singular. Llama la atención los distintos estilos de los cuentos. Se puede decir que este libro es completo. Causa ternura, alegría, sorpresa, extrañeza y siempre te deja pensando. Esto hace de Taj Mahal una obra que conlleva muchas aristas y comprende diversas fórmulas a la hora de contar un cuento o , más bien este caso, de escribirlo.
Acá lo que predomina es la originalidad que posee cada uno de ellos. Son seis cuentos que te dejan con un no sé qué. Y cuando uno termina el libro queda con la sensación de pérdida, de querer leer algo más.
Cada cuento tiene lo suyo, no tiene hilos conductores entre uno y otro. Se diferencian, son particulares. El poder que tiene un libro es sorprendente y Taj Mahal logra eso, maravillar al lector.
Las descripciones son perfectas. Pero lo mejor es cómo Deborah retrata a los personajes, mostrándolos como seres singulares. Su forma de escribir tiene un dejo poético. Eso es agradable. Sin embargo, hay veces que cansa un poco tanto personaje que va apareciendo.
Este libro de cuentos es complejo, pero posee una magia que puede hacer al lector leerse Taj Mahal de sopetón. «Tu pato es mi pato», «Taj Mahal», «Tachar y seguir», «La capacidad de combinar», «La tercera torre», y «Recalculando« son los seis cuentos. Vale la pena leerlos, la pluma singular de Deborah permite vivir distintas historias y abren la imaginación del lector.