Lunes, Octubre 14, 2024
InicioColaboracionesCeleste Busso: «Creo que vivimos en un mundo muy adultocéntrico, donde les...

Celeste Busso: «Creo que vivimos en un mundo muy adultocéntrico, donde les niñes no son comprendidos»

 

Desde Argentina Celeste llega a Chile a hipnotizar con sus letras y sus niñas, personajes que cautivan en su libro Hijas de nadie de la editorial Trazo de Aves. Es un libro lleno de magia y que tiene como motivo encantar a los lectores. Te invitamos a leer la entrevista a Celeste Busso.

—Cuéntanos sobre ti y de cómo llegaste a Trazo de Aves

—Soy argentina y vivo en Chile hace catorce años. Soy profesora de literatura, pero me dedico a la corrección de textos en la industria de la traducción. Leo desde muy pequeña, los libros siempre han sido mi refugio ante un entorno que no me comprendía. Parece cliché, pero nos pasa a muchos. En los personajes de los libros yo encontraba amigos y mundos posibles, lugares donde querría vivir. Luego, cuando entré a la Facultad de Letras Modernas finalmente me sentí en el lugar al que pertenecía.

Hasta hace cinco años, escribía muy esporádicamente. Pero, en algún punto algo cambió y me lo empecé a tomar como una tarea diaria. Comencé a asistir a talleres de escritura donde la actividad de escribir deja de ser tan solitaria y se vuelve colaborativa, eso es un gran apoyo.

El año pasado, gané una Beca Chile Crea para cursar el Diplomado de Escritura Creativa en la PUCV y eso significó un gran crecimiento en el oficio de escritura. Tenía bastante escrito para mitad de año, trabajos del diplomado y otros que surgieron en paralelo. Fue entonces que apareció en un grupo de escritoras la convocatoria de Trazos de Aves y decidí enviar los cuentos. Que los seleccionaran fue un gran impulso para seguir escribiendo, como una palmadita en la espalda de alguien que dice «sí, por acá es», porque una en su labor de escritura siempre tiene esa duda y depende en parte de estas instancias y de otros lectores.

—¿Cómo nace Hijas de nadie?

—Hijas de nadie nace con la imagen de Marcelita y con la primera página de un cuaderno Rivadavia. Los Rivadavia son un tipo de cuaderno especial en Argentina, de hojas más gruesas y con un color que no lastima la vista. El tema es que son caros y no todos los niños pueden tenerlos. En su lugar, compras unos de hojas más finas, que se suelen romper cuando borras. En un viaje que hice a Argentina, compré un Rivadavia. Al abrirlo y tocar su primera hoja, en mi mente apareció Marcelita y la empecé a construir. Terminé el primer cuento y entendí que estaban estas voces de niñas a las que se les da poco espacio. Ahí decidí buscar más personajes de niñas.

—Los personajes, ¿cómo los vas creando?

—Mis personajes nacen de imágenes, o ideas que la mayoría de las veces son muy pequeñas. Como un diminuto rayito de sol. Si lo atrapo, lo hago crecer, le pregunto cosas, les pongo a hacer cosas e imagino cómo actuarían. Puede ser un olor, un sabor, un objeto, alguien que veo pasar por la calle, un pájaro posado en un árbol, todo es capaz de disparar un personaje. Después de ese primer momento, yo creo verdaderamente en la teoría de que el 10% es inspiración y el otro 90% es transpiración, y sobre todo creo que esa inspiración te tiene que encontrar trabajando, escribiendo.

—Entre las protagonistas se dice que, cada una de ellas, vive en soledad, ¿es esa la conexión entre ellas?

—Creo que vivimos en un mundo muy adultocéntrico, donde les niñes no son comprendidos. Recién en los últimos cinco años surgió un movimiento que reivindica a las infancias y el respeto por ellas. La neurociencia ha ayudado mucho. Pero eso es algo muy incipiente y los adultos no se paran a intentar comprender cómo piensa, siente y vive el mundo un niñe. Entonces, como no se pueden comunicar, están solos.

Sin duda esa soledad es una de las conexiones entre las protagonistas de los cuentos, pero es una soledad que proviene dela barrera que separa el mundo de los adultos y el mundo de las niñas. Una barrera creada por los adultos. Son dos mundos que están desfasados y se rigen por una relación vertical donde el adulto invariablemente es el que está bien y el niño el ignorante. Esa estructura deja solas a las niñas e invalida sus sentimientos y creencias.

—¿Cómo ha sido editar con Trazo de Aves?

—Esta es mi primera vez con una editorial y tuve la suerte de que sea Trazos de Aves. El proceso fue muy fluido, desde la selección en la convocatoria hasta que finalmente llegó el libro impreso a la Furia del libro. Durante el proceso de corrección estaba expectante de saber qué dirían y qué modificaciones harían. Pero todo el trabajo en el texto se hizo desde el consenso y creo que eso hizo la diferencia.

Después vino la parte estética con una ilustradora que contactaron Daniela y Eduardo. Creo que esa fue la parte más difícil, que la ilustradora llegara a la imagen que había en mi cabeza, a darle forma a los cuentos.

Fue o está siendo una experiencia muy gratificante y de aprendizaje el proceso editorial donde en todo momento lo más importante es la calidad del texto y del libro.

—De las cuatro historias, ¿con cuál disfrutaste hacer el cuento?

—Esa es una pregunta muy difícil, las quiero a todas. Pero sin duda la que más disfruté fue Marcelita, porque fue la primera, esa que salió de un tirón en el cuaderno Rivadavia recién comprado. Y la segunda que más me gustó fue Juliana, creo que es el texto más logrado y donde volqué una idea de personaje que arrastraba desde hacía muchos años, hacer un personaje con una incapacidad de comunicación extrema.

—¿Qué mensaje quieres dejar con Hijas de nadie?

—Cuando escribo una historia es algo que simplemente sale de mí, no estoy calculando dejar un mensaje o decir esto o aquello. Solo está ahí y la tengo que escribir. No creo en la literatura utilitaria. La parte del mensaje la dejo a cargo del lector, cada uno se quedará con algo, una idea que se va a disparar desde su propio contexto y desde sus creencias, ideas y lecturas previas.

—¿Por qué esa «escasa batería de comunicación entre las protagonistas» con sus más cercanos?

—Hablé algo de la comunicación en una pregunta anterior, sobre cómo se comunican los adultos con les niñez. Además de eso, como decía también, los personajes solo salen así y resulta que todas ellas tienen problemas para comunicarse o quienes las rodean no les dan la oportunidad de expresarse. Viéndolo ahora que ya está todos los cuentos completos y juntos, pienso que ellas tienen esto en común porque inconscientemente es lo que veo en la sociedad. Supuestamente estamos más comunicados que nunca, pero ¿miramos al lado? ¿nos agachamos para ponernos al nivel de un niñe y entenderle? ¿es realmente una comunicación efectiva la que tenemos con las personas con las que vivimos? ¿Nos preocupamos de escuchar o solo queremos mostrar ciertas cosas de nosotros y que los demás construyan a partir de eso nuestra imagen?

Para mí, no hay duda de que estamos al debe en la comunicación y si no lo resolvemos ahora nos va costar

—¿Dónde podemos encontrar el libro?

—Pueden encontrar el libro en la página web de la editorial Trazos de Aves y en Amazon.com. Pronto va a estar disponible en librerías físicas.

Francisca Gaete Trautmann
Francisca Gaete Trautmann
(Santiago, 1985) Periodista de la Universidad Gabriela Mistral. Ha trabajado para revistas, televisión y medios online. Ha seguido cursos de escritura creativa. Le encanta escribir, escuchar música. Vive en Santiago.
RELATED ARTICLES

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisment -

MÁS POPULARES