Por Sebastián Contreras
Al final del día
Solo tengo palabras
Algunas son de colores
Amarillas, azules, anaranjadas
Las hay verdes
también blancas
Son palabras que derrapan
caminan de lado
Van al supermercado y a la feria
recorren los pasajes y las plazas
Intentan parecerse a las cunetas que separan las veredas de las calles
intentan construir estatuas
edificios de cristal
Son palabras cuyo origen desconozco
Están
No sé cómo llegaron aquí
Pululan por los muebles y la alfombra
se suben a los sillones
Caminan como gatos agazapados por el techo
buscando una presa o un lugar donde
acomodarse
Hay otras que tienen tonos burdeos
esas se pasan el día construyendo y reconstruyendo
Agotadas por la noche se vuelven tormentosas
Azotan la tranquilidad de la casa
Estas no caminan
Se arrastran
aúllan
Cual velero desbocado en alta mar
Chocan con los muros
se asfixian en un duelo
donde algunas se asesinan entre sí
con golpes, comas y objetos corto punzantes
El silencio es la conquista de las vencedoras
Son palabras vanas
Ruidosas
Son lo único que tengo
No sé cómo callarlas.