Lunes, Octubre 27, 2025

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Christian Aedo Jorquera, editor de Cormorán Ediciones: «La novela negra y el policial o neopolicial, actualmente pasan por un muy buen momento»

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Christian Aedo Jorquera viene llegando de Buenos Aires luego de una exitosa participación en la Feria Internacional del Libro de esa ciudad donde presentaron su catálogo y donde sus autores pudieron dialogar con los lectores trasandinos. Sobre esta experiencia y algo más, conversamos con el editor de Cormorán Ediciones :

—¿Cómo nace el proyecto Cormorán Ediciones?

—Partimos un grupo de cinco amigos con la idea de armar una editorial de rescate patrimonial, todo esto se fraguó cuando finalizaba la pandemia, por 2020. Nuestro primer título, del 2022, fue una edición conmemorativa de La Palabra Quebrada, de Martín Cerda. Decidimos llamar al proyecto Cormorán Ediciones como un homenaje a la antigua colección de Universitaria que cobijó grandes títulos en su catálogo y que todos habíamos visitado en algún momento. Posteriormente abrimos el sello a una colección de poesía llamada Almacigo de Poesía y la colección Lengua Negra, enfocada en novela negra y policial. A esa altura ya quedábamos dos del proyecto original, Rene Silva Catalán y yo Christian Aedo Jorquera. Yo venía de un proyecto anterior llamado Ripio Ediciones, en el que publicábamos poesía, libros objeto y ensayos de arte y política. Ya en ese escenario y con nuestra experiencia anterior, decidimos ampliar las líneas editoriales a la publicación de autores latinoamericanos.

—¿Cómo ves el desarrollo actual de la novela negra en Chile?

—La novela negra y el policial o neopolicial, actualmente pasan por un muy buen momento, hay muchos autores y autoras cultivando el género, ampliando sus alcances, experimentando con la materialidad de los imaginarios y especialmente hurgando en la realidad. En los últimos 20 años más o menos, se han sumado muchas escritoras que han enriquecido el género, aportando un perspectiva que desplaza los lineamientos clásicos del noir o el policial, haciendo que la bibliografía se vuelva mucho más real, y problematizando todo aquello que se da por sentado y que esta normalizado. Desde esa perspectiva la novela negra en chile, y diría en toda américa latina, pasa por un muy buen momento.

—¿Por qué se decidieron a publicar novelas este tipo de novelas?

—Cuando decidimos ampliar el catálogo de la editorial, integrando nuevas líneas, decidimos por incluir una de poesía, ya que René y yo somos poetas, entonces hay un compromiso con la poesía bastante profundo y personal. En el caso de la línea de novela negra y policial, esa es una lectura que siempre me ha gustado, y en particular la producción latinoamericana, que tiene un rol muy próximo a la memoria, donde se cuestiona la historia oficial, esa historia impuesta a sangre en nuestros países; y dando testimonio de la realidad del continente, abordando desde crímenes de estado, corrupción, narcotráfico o crímenes de género, entre muchas otras formas de la violencia que habitan en nuestra realidad. Entonces sobre esa idea quisimos integrar una colección que fuera capaz de proponer una lectura de las formas en que se representa y aparece la violencia en nuestra vida cotidiana, algo que interpelara al lector y lo hiciera parte de esa reflexión crítica y literaria, visibilizando ese correlato que nos habita y escapando del olvido o indiferencia que edita nuestra realidad colectiva. Así nace la colección Lengua Negra.

—¿Cómo armaron la selección de la colección Lengua Negra?

—Ya con los lineamientos definidos, y el buen pasar de la novela negra y policial en el continente, no fue muy difícil ir encontrando autores, lo difícil es no poder publicarlos a todos rápidamente. Ahora bien, la búsqueda partió por casa, y en ese contexto más allá de lo que nosotros mismos conocíamos o investigábamos del contexto, recibimos apoyo de muchas personas, datos, referencias, algún rumor, dentro de ellas por ejemplo Ramón Díaz Eterovic, Juan Ignacio Colil, Julia Guzmán Watine o Paula Ilabaca Núñez, son parte de esas complicidades, también nos pudimos integrar al festival Santiago Negro, y a Puerto Negro, donde fuimos ampliando nuestro conocimiento de la escena Negra local y latina. Todo eso nos permitió ir perfilando la colección con el objetivo de que se transforme en un espacio lo más amplio posible.

—¿Cómo se dio la incorporación de Ramón Díaz Eterovic a la colección?

—Es difícil no encontrar el nombre de Ramón si se habla de policial o negro en Chile. Por otro lado, ya nos conocíamos desde antes, se habían cruzado nuestros caminos en las reuniones de Lanzallamas, por comienzos del 2000, y nos apoyó en algún intento de rejuvenecer la SECH que tuvimos un grupo de poetas por el año 2010. Entonces cuando pensamos en comenzar con la colección Lengua Negra, rápidamente pensamos en él. A Ramón le había gustado nuestra propuesta editorial cuando vio la edición de La Palabra Quebrada que habíamos publicado, entonces, cuando le comentamos que queríamos levantar una colección enfocada en novela negra y policial, la idea le pareció bien. Así que nos propuso para publicar la novela Fuera de Juego, una obra que nace junto con La Ciudad está Triste, pero que había quedado extraviada en los intrincados mundos de Heredia. En el proyecto de colección decidimos integrar fotografías, como un relato que acompañara los textos, sin ilustrar, sino que dialogando con la dimensión escrita de los libros. En esa tarea recibimos, la también generosa, colaboración del fotógrafo Mauricio Valenzuela. Así nace nuestra primera publicación de la colección Lengua Negra.

—¿Cómo se gestó la publicación de Masacre de Charlie Becerra?

—Lo de Masacre fue un encuentro casual. Charlie vino a Chile a realizar un par de ponencias sobre su trabajo, en el marco de un encuentro organizado por la Universidad Católica y la embajada del Perú. Es precisamente en la embajada, cuando junto a Ricardo Sumalavia, Homero Carvallo y Danilo Santos, Charlie habla sobre Masacre. Desde un comienzo nos pareció un libro impactante, ya que está basado en crudos hechos reales. En la novela el protagonista es el abandono, espejeando lo institucional, lo colectivo, lo territorial, lo etario y las consecuencias de éste, en la materialización de una masacre que más allá de los hechos mismos, es una masacre de la que todos somos cómplices. Hablamos con Charlie sobre la colección, que para ese instante contaba con dos títulos, Fuera de Juego y La Piraña Sonrriente, le propusimos publicar el libro y acepto.

—¿Cuál sería esa autora o autor soñado que les gustaría sumar a la colección?

—Cada uno de los autores que van haciendo crecer nuestras líneas editoriales, son ese autxr.

—¿Qué dificultades han tenido que enfrentar dentro de su labor para poder llegar a más lectores?

—Hay varios factores que influyen en la ampliación de los lectores de un proyecto editorial o de los libros en general. Creo que uno muy importante es que Chile es un país pequeño, por lo que el segmento lector es acotado. Además la producción de libros y los intermediarios encarecen los valores de venta, lo que también aleja lectores. Ahora bien para un proyecto «independiente», que no está determinado por la eficiencia de reiterar el canon o las modas, donde se define una línea editorial desde afectos, afinidades, territorios y subjetividades, buscando poner en contacto una diversidad de autores y lectores, que en lo material representan un imaginario invisibilizado y político. Ese tipo de proyectos en un mercado pequeño, lo hace más difícil. A esto se puede sumar una prensa con pautas reducidas y libreros que no se arriesgan más allá del autor de moda. En ese escenario con Cormorán decidimos apostar por salir de las fronteras centralistas y nacionales, buscando instancias de participación en ferias como la Feria Maucha del Libro de Constitución, o La Feria Internacional del Libro de Lima o Buenos Aires, entre muchas otras. Teniendo muy buena recepción de nuestra propuesta dentro y fuera de Chile. Como quien dice hay que salir a buscar al lector.

 

 

—¿Cómo ha sido su relación con la Inteligencia Artificial?¿Han incorporado herramientas a su labor editorial?

—En lo personal las IA me parecen un tema muy interesante, facilitan mucho diferentes tipos de trabajo. En el caso de Cormorán las utilizamos para los procesos de difusión y la generación de videos promocionales, también en los comunicados de prensa, reels y ese tipo de contenidos. La labor editorial la seguimos trabajando de manera orgánica, ya que la lectura, según nuestros parámetros editoriales, es una revisión que implica la coordinación de muchas variables, como las que mencione antes: afectos, afinidades, territorios y subjetividades, por decir algunas.

—Vienen llegando de la FILBA, ¿Cómo se gestó y cuál es el balance de la experiencia?

—Lo de FILBA fue la apuesta por un fondo del libro, la idea presentada fue la de llevar a Buenos Aires los últimos tres títulos de la colección Lengua Negra. Estos son Ni a la diestra de nadie, de Sonia González Valdenegro, Cosas que no creerías, de Juan Ignacio Colil, y Cuerpos en la arena, de Ramón Díaz Eterovic. El proyecto fue adjudicado y partimos, los tres autores, Rene Silva y yo. La recepción por parte del público, el apoyo de los colegas argentinos y el soporte del estand de Chile, fue muy buena, los libros causaron interés y se nos ofreció hacerlos llegar a librerías de allá. Junto a los autores realizamos las presentaciones de los libros, además de un conversatorio sobre policial en chile y Latinoamérica, también fueron entrevistados y pudimos conocer a otros autores locales pensando en hacer crecer la colección. El único problema fue la gestión de los recursos que llegaron cuando, literalmente, pedíamos un taxi para ir al aeropuerto y regresar a Chile. Una despreocupación institucional, que confunde a trabajadores de la cultura con empresarios culturales, y que contaminó lo que fue una gran oportunidad y experiencia para nuestro proyecto y nuestros autores.

—¿Cómo fue la recepción del público para los autores que llevaron a la feria?

—La recepción de público fue excelente, participó de las actividades, se interesó por los libros y los autores y nos abrió una puerta para hacer crecer la editorial hasta allá.

—¿Cómo se proyecta su labor editorial para lo que queda del año?

—Este año estamos trabajando para transformar la colección Lengua Negra en una serie para plataformas de streaming, acompañados en ese camino del directo Gerardo Quezada. Por otro lado realizaremos la publicación del libro de poesía Salva de Mariposas de escritor Felipe Gamboa. Además abrirnos las inscripciones para el taller de creación literaria Lengua Negra. Y pensamos abrir una línea de ensayos y otra de libros infantiles. Todo mientras seguiremos ampliado cada línea editorial.

 

 

Iván Martínez Berríos
Iván Martínez Berríos
Periodista, Licenciado en Comunicación Social y en Cine Documental. Editor en Plazadeletras, Lector.cl y Trazas Negras.

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