Blanca y Beatrice unieron fuerzas y crearon la obra Enmirlada, un maravilloso libro que este año ganó el premio Medalla Colibrí IBBY Chile en la categoría de «Poesía Juvenil». Tuvimos la oportunidad de conversar con ambas y nos contaron sobre ellas, qué las motivó a escribir e ilustrar este hermoso libro que encanta a grandes y chicos.
—Cuéntenos de ustedes.
—Blanca: Soy Blanca Hernández Rojas, licenciada en Literatura, profesora de Lenguaje y docente universitaria en las áreas de pedagogía y mediación lectora. Me gusta mucho leer, especialmente a escritoras mujeres desde que fui consciente del canon masculino que se impone en las carreras de Literatura, y, por tanto, en mi propia lectura por años. Es por ello que creé un club de lectura el 2020 para leer con otras mujeres a escritoras cuyas obras nos permiten hablar de identidad, ideología y construcciones sociales sobre el género.
Beatrice: Soy Beatrice Steele De la Quintana, licenciada en Comunicación Gráfica e Ilustración. Me fascina mucho la literatura, en especial los géneros de fantasía y ciencia ficción. Mi trabajo creativo ha sido muy influenciado por ello, desarrollándome en el área de la ilustración a partir de un deseo de poder compartir historias visualmente.
—¿Cómo nace el título Enmirlada?
—Blanca: Enmirlada nace desde una escritura personal que me ha acompañado por muchos años y que eclipsó el 2019 gracias a una amiga escritora que me leyó y abrió las puertas para postular a la editorial Pez Espiral. Este libro nació también por un fuerte interés personal de investigar y leer un corpus hispanoamericano muy vasto en poesía infantil y juvenil, cuyo sujeto lírico representa a diversas voces de niñas auténticas, independientes y cuestionadoras. Entonces pensé en que quiero seguir esa hebra.
—Blanca, ¿siempre escribes poesía o te motivó escribirla en este libro?
—Blanca: Siempre me ha gustado escribir poesía. Siento un cariño especial hacia este género tan temido que me da la opción de liberar la pluma en su propia fragmentariedad, sin buscar una comprensión exacta o clara, lo que no significa que me sumerja en el hermetismo, pero sí en ciertos códigos y juegos que me evocan a esa intimidad del diario de vida. Enmirlada es una invitación a detenerse en la adolescencia, volver a ella y/o mirarla con melancolía, porque para muchas adultas (prefiero hablar desde el género) fue un lapso complejo, incomprensible. La voz de la niña del poemario se hace preguntas y toma decisiones en la medida que se va conociendo y construyendo. Ahí es cuando aparece la figura del mirlo, un ave no tan conocida como presupuestaba, pese a ver uno en cada plaza y parque.
Por años me atrapó ese tornasol en caminatas solitarias, donde me encontraba con un grupo saltarín de mirlos brillantes, así que empecé a investigar, y me encontré con simbologías exquisitas sobre su figura en torno al sueño, a su sonrisa adusta y cómo se espejea con las personas. Ese carácter misterioso que aparece en los estudios sobre esta ave me inquietó aún más, considerando que la hembra, de color pardo o café, luce de una manera distinta sus plumas. Esa complejidad, contradicción y cuestionamiento lo quise llevar al poemario.
—Beatrice, ¿cómo fue el proceso ilustrativo para ti?
—Beatrice: Blanca me otorgó gran libertad creativa a la hora de ilustrar Enmirlada. Trabajamos juntas para poder crear un lenguaje visual inicial que representaría el poemario, caracterizado principalmente por la metamorfosis de niña a pájaro. Los versos de Blanca abren paso a una reminiscencia juvenil que quise retratar con elementos fantásticos, tal como si fuera un cuento de hadas o una travesía épica que la protagonista tiene que enfrentar. Al mismo tiempo, Blanca también me invitó a compartir una interpretación personal a mí. Una de las características más importantes que desee crear fue la imagen de la protagonista como un kaleidoscopio de niñas. Para mí se volvió esencial poder transmitir la voz colectiva que presenta Enmirlada de manera visual. Con cada nueva ilustración el mirlo se hace presente más y más, hasta que su plumaje tornasol es lo que predomina en la página. Reflejando, espero, la voz de la niña que desea ser más de lo que la expectativa le dicta.
—¿Qué tiene de especial este poemario?
—Blanca: Imagino que siempre el primer libro resulta muy especial por cómo se gestó, lo que me lleva a pensarlo y releerlo con todos sus procesos de crecimiento.
, porque para mí son momentos a los que como adulta siempre vuelvo. Es ahí donde se depositan las preguntas que acompañan toda la vida.
Beatrice: Enmirlada nace de una unión verso-imagen que la hace bastante especial a mis ojos. Como dice Blanca, por el hecho de ser una primogénita, pero también por el público al cual se presenta. Enmirlada invita a pequeños lectores a introducirse al mundo de la poesía y, mediante el uso de la ilustración, desea alentarlos a crear una interpretación personal basada en la relación entre niña y mirlo.
—Cuéntenos la impresión de ganar el premio de Ibby.
—Blanca: Hace poco recibimos la linda noticia de que Enmirlada ganó la Medalla Colibrí 2023 en la categoría poesía juvenil, lo que nos alegra profundamente y nos hace creer que este proyecto colectivo, no sólo por la doble autoría, sino que también por el trabajo editorial de Pez Espiral, ha sido aplaudido y reconocido.
—¿Cómo fue editar con Pez Espiral?
—Blanca: La colección Pez Joya LIJ tiene una tremenda trayectoria y un catálogo muy interesante, siendo respetuoso con sus lectoras y lectores, cuyo foco está puesto especialmente en la adolescencia y juventud, sectores en los que creemos que el campo editorial en Chile se desafía y debe crecer con obras de calidad.
—¿Dónde podemos encontrar el libro?
—Blanca: Pueden encontrar Enmirlada en la web de Libros del Pez Espiral y en librerías.