Mark Twain, Capítulos de mi autobiografía, traducido por Fernarndo Correa-Navarro muestra los últimos veinte años de vida del escritor y el traductor de la mano de La Pollera pudieron establecer un libro fuerte, potente y lleno de anécdotas. Te invitamos a leer la entrevista a Fernando, que nos cuenta pormenores de cómo fue traducir este trabajo.
—Cuéntanos de ti y la relación que tienes con Mark Twain
—Nací en Limache, 1981. Estudié las carreras de filosofía, edición y antropología (esta última un posgrado en la Universidad de Buenos Aires). Vivo desde el año 2010 en Buenos Aires, y por destino o por azar, ese mismo año, comencé a trabajar como librero en este lado de la cordillera, lo que me hizo acceder a libros que de otra manera no hubiera leído nunca y personas a las que les guardo gran aprecio.
Mi relación con Mark tiene mucho que ver con mi relación con la lectura, que comenzó cuando era un adolescente, pero en realidad, si soy honesto, mi relación con él se afianzó ya de grande, y tiene que ver con su forma de escribir. Me llama mucho la atención su tono descontracturado y sarcástico, aunque sencillo, que te hace pensar que cualquiera puede escribir un libro. Tiene eso: lees un par de páginas y ya te crees que puedes ponerte a escribir.
—Cuéntanos cómo fue traducir este libro.
—Fue un proceso largo, de muchas revisiones y correcciones tratando de capturar el espíritu de alguien que está recordando su vida pero que, a su vez, sabe que la muerte está del otro lado de la puerta.
—¿Cómo fue trabajar con la editorial?
—Los editores de La Pollera son meticulosos, trabajan arduamente y codo a codo con uno, en cada proyecto que haces. Lo que te genera confianza y compañerismo. Están ahí para lograr el mejor resultado.
—¿Qué fue lo más fácil y complicado de traducir un libro?
—No sé si podemos extrapolar en fácil y complicado la traducción de un libro. Lo que sí sé es que todo libro a traducir es comprender una forma de ver el mundo.
—¿Qué fue lo que más te llamó la atención de Mark Twain y sobre su vida?
—La culpa que cargaba por haber matado a un hijo, sin querer por supuesto, y que no le contó nunca a nadie, ni a su esposa.
—Si Mark Twain viviera hoy en día en Chile, ¿cómo sería?
—Sin lugar a dudas, como Nicanor en su vejez.
—¿Qué es lo que más te gustó al hacer este libro?
—Descubrir que detrás de un escritor hay un mundo que no es ficción, sino una remodelación del vivido.
8) ¿Dómde podemos comprar ejemplares del libro?
En todas las librerías del país y por internet y por la página de la editorial.