Martes, Diciembre 5, 2023
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Marcelo Simonetti: «Más allá de los temas que toca la novela, quise imprimir a la historia una pátina de humor»

Fotos: Gentileza del autor

 

El escritor nacional, Marcelo Simonetti, conversó con Lector y nos contó que Redman fue un trabajo que inicialmente sería un cuento, pero que terminó convirtiéndose en una novela. También conversamos sobre distintas aristas del libro. Te invitamos a leer la entrevista a este connotado escritor.

 —¿Cuál fue el proceso creativo de este libro?

Fue bien particular porque inicialmente Redman fue un cuento que se llamó «Pañuelos rojos». El trabajar una novela a partir de un cuento era un procedimiento que yo ya había practicado al momento de escribir mi anterior novela, Dibujos de Hiroshima. Del mismo modo que ocurrió con esa novela, sentí que en el cuento subyacían otras historias que exigían un desarrollo mayor. Leí varias veces el cuento y traté de «escuchar» lo que el texto tenía para decirme. De este modo, el mundo de la revista, que en el cuento aparecía apenas esbozado, ganó en profundidad y extensión, y lo mismo ocurrió con el mundo interior de Teo Santos, el protagonista de esta historia. Por otro lado, emergieron personajes que no figuraban en el cuento, como Patricia, la fotógrafa, que es uno de mis personajes favoritos, o el Tano Moletto o Titi, la novia de Martínez.

—¿Cómo llegaste a Áurea Ediciones?

—Participé de una antología que lleva por nombre Matapiojos y que incluye nombres como el de Carolina Brown, Lilian Flores, Patricio Jara, Roberto Fuentes, entre otros. El trabajo con el editor Aldo Berríos fue muy fluido y a partir de esa colaboración, la editorial me preguntó si tenía materiales inéditos. Les di a leer Redman y en muy poco tiempo me dijeron que querían publicarla.

—¿Por qué hablas de la política en Chile? ¿Del pasado y el presente?

Me interesa lo que pasa en el país. En 2015 publiqué un libro de cuentos que lleva por nombre El disco de Newton que ganó el premio MOL en la categoría cuentos. Ahí intenté hacer un retrato de este país a partir de cuentos que develaban nuestra cara más oscura, lo peor de lo nuestro. De alguna manera, esta novela es una suerte de hermana o prima de ese libro. Lo que me interesa mostrar con Redman es esa dicotomía que se da en el país donde podemos ver por un lado gente que está comprometida con las luchas sociales, con los cambios, que es empática con lo que menos tienen, y otro grupo que vive desconectado de las realidades más dolorosas, abducido por la frivolidad o bien empeñado en acumular riqueza sin importar los métodos ni los «daños colaterales» que su codicia puede provocar. No estoy hablando de derechas e izquierdas, porque creo que en ambos sectores podemos encontrar ejemplos en uno y otro sentido. Lo que me molesta es la falta de empatía, el individualismo enfermizo, la arrogancia, la codicia.

—¿Qué significado tiene lo social con el glamour? ¿Por qué lo unes?

Trabajando en revistas me tocó conocer a mucha gente que se desvivía por su imagen, que se esforzaba al máximo por tratar de verse glamorosa, que hacía lo humanamente imposible por hacer suyo ese encanto que la convirtiera en un ser especial. Esa lucha —porque para algunos era eso, una lucha— siempre me pareció obscenamente superflua, grotesca a veces. No digo que la imagen no sea importante, pero cuando eso pasa a ocupar la mayor parte de tus energías creo que algo anda mal. Si esa preocupación por la imagen se enfocará hacia lo social, creo que este país sería algo muy diferente al que estamos viendo hoy día.

—¿Cómo fue crear a los personajes?

Más allá de los temas que toca la novela, quise imprimir a la historia una pátina de humor. Y desde esa lógica la construcción de los personajes fue una etapa en la que la pasé muy bien. Me divertí mucho, por ejemplo, recreando los encuentros sexuales entre Teo y María o con los desmadres de Martínez, sobre todo con sus poemas. Alguno de los personajes fueron hechos a partir de personas que conozco. Sin ir más lejos, Martínez está inspirado en un amigo que sigue viviendo en la época de la Unidad Popular, que los fines de semana escucha las canciones de Quilapayún y que cada tanto te recita de memoria el último discurso de Allende. Algunos personajes de la revista están hechos a imagen y semejanza de los colegas o empleados de las revistas en la que trabajé.

¿Qué es vivir en otro Chile para el protagonista?

A partir de lo que viven los profesores del sindicato de escuelas vulnerables, Teo Santos se da cuenta de que el Chile en el que él ha vivido no llega más allá de lo que puede ver diez metros a la redonda, que Chile, en verdad, son muchos Chiles. En este sentido, creo que eso le pasa a muchos chilenos. Vivimos en compartimentos estancos, nos juntamos solo con gente que se parece a nosotros, invisibilizamos la diferencia, y en ese ejercicio terminamos configurando una realidad que es una ficción, un Chile inventado, a nuestra medida y conveniencia, que no tiene mucho que ver con la realidad. Vivir en ese otro Chile le permite a Teo Santos recuperar el espíritu del periodista que fue —no ese en el que se ha convertido— y entender que en esos cruces, en esas mezclas con esos otros Chile, hay una nueva forma de encarar la vida.

—¿Qué significó escribir esta novela?

Significó sintonizar con un momento histórico, con el espíritu que nos movilizó el 25 de octubre de 2019, cuando muchos chilenos nos sumamos a la marcha más grande de la istoria de nuestro país. Parte de ese espíritu recorre estas páginas. Hay un párrafo de la novela que me gustaría citar. Dice así: «Por unos segundos sintió que dentro suyo había un fuego que se resistía a ser apagado y que no importaba que la vida le pasara por arriba, y lo dejara al borde del abismo, mientras ese fuego siguiera encendido no había espacio para la rendición. Tal vez a eso se reducía la vida, a no rendirse». Hay veces en que pienso que escribí Redman solo para publicar esas líneas.

—¿Dónde podemos encontrar Redman?

En librería Antártica, en Que Leo Forestal, en Trayecto Bookstore, en BuscaLibre y en la tienda de Áurea Ediciones ubicada en Providencia 2594, local 504. También en la página web de la editorial www.aureaediciones.cl

Francisca Gaete Trautmann
Francisca Gaete Trautmann
(Santiago, 1985) Periodista de la Universidad Gabriela Mistral. Ha trabajado para revistas, televisión y medios online. Ha seguido cursos de escritura creativa. Le encanta escribir, escuchar música. Vive en Santiago.
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