Desastre Natural se caracteriza por ser una editorial independiente que sólo hace publicaciones ilustradas. «Ser Algo» nació para ayudar y, en esta ocasión, Ser Déficit Atencional fue realizada por Jorge De la Paz y Sebastián Olave Maldonado, quienes nos contarán un poco sobre éste libro, un trabajo que hoy en día está intensamente metido en la sociedad. También conversamos, entre otras cosas, sobre las ilustraciones, y acerca de las etiquetas que se les imponen a los niños. ¡Disfruten la entrevista!
—Cuéntenos sobre ustedes, Ser Algo y Desastre Natural Ediciones, y de la idea de hacer este libro con este tema.
—Desastre Natural Ediciones es una pequeña editorial independiente que destaca por tener sólo publicaciones ilustradas. Ser Algo nació como una colección pensada para entregar herramientas a personas de todas las edades que buscaran hablar sobre diversidad humana con su familia, amistades o entorno laboral/educacional. La colección se sitúa desde una perspectiva despatologizante y crítica.
Los autores de Ser Déficit Atencional, la segunda publicación de esta colección, son Jorge De la Paz, ilustrador, y Sebastián Olave Maldonado, psicólogo.
—¿Cómo llegaron a estudiar la temática del déficit atencional en niños?
—Jorge: El tema del libro me toca de cerca, ya que fui diagnosticado desde chico con TDHA y he tenido que vivir con eso y aprender a ser un adulto funcional. Ya de grande, tengo cierta conciencia de mi ser y eso también me ha servido para entender sentimientos que las personas con TDHA arrastran desde niños, ya que, por ejemplo, en mi época escolar éramos considerados personas o muy inquietas o flojas. Poder participar de este libro me identifica completamente.
—Sebastián: Siempre me llamó la atención que hubiera profesionales que hicieran este diagnóstico con tanta facilidad y que, al mismo tiempo, se aceptara sin mayores cuestionamientos. Además, en la mayoría de las ocasiones, el tratamiento implica medicación y corrección conductual. No es que piense que esto sea algo malo per se, pero el TDAH se trata como si el problema fuera la persona individual, sin tomar en cuenta tantos otros factores como, por ejemplo, que estando en el 2024, aún se educa como se hacía hace décadas atrás.
Poner el foco en la persona diagnosticada y no considerar el entorno es problemático, ya que el diagnóstico de TDAH responde a la conducta observada, sobre la cual operan prejuicios y un contexto que puede dar lugar a que existan ciertos fenómenos como, en este caso, las dificultades atencionales.
—Cuéntenos sobre las ilustraciones.
—Jorge: Para las ilustraciones me inspiré en el apartado gráfico de los libros escolares que usábamos en la básica. La idea era mostrar distintos tipos de niñas, niños y niñes, por lo que busqué dibujar cuerpos diversos y actitudes que hablaran de las muchas maneras que hay para vivir. Para la portada trabajé distintos elementos que flotan por el libro y describen un poco la cabeza de una persona con TDHA.
—¿Cómo se considera a un niño con estas características?
—Sebastián: Esta etiqueta se ocupa para dar cuenta de ciertas conductas que se consideran disruptivas y que interpelan al mundo adulto. Entre estas encontramos las dificultades para sostener la atención y, en algunos casos, la tendencia a moverse mucho. Por lo general, quien es catalogado como niñe con diagnóstico de déficit atencional e hiperactividad tiende a considerarse una persona problemática. Cuando no hay hiperactividad, es común que las dificultades para mantener la atención pasen un poco más desapercibidas, ya que no molestan. En otras palabras, se habla de TDAH usando parámetros establecidos hace tiempo que, si bien han ido cambiando a lo largo de las décadas, siguen teniendo la misma base que en sus orígenes. Esto deja en evidencia el hecho de que, como colectivo, nos hemos olvidado bastante de una educación más inclusiva, en el amplio sentido de la palabra, y lo que prima es la competencia y la productividad. Al no cuestionar nuestras prácticas, esto no se limita al espacio escolar y se perpetúa a la vida laboral: Lo que escapa de ciertos parámetros hay que corregirlo, adaptarlo y punto.
—El cuerpo es una herramienta que utilizan para expresarse, ¿por qué?
—Sebastián: Así es, pero eso nunca deja de ocurrir. Nuestro cuerpo, lo queramos o no, está expresando cosas. Nuestra postura, nuestro tono de voz, nuestras expresiones, todo eso hablan de nosotres, de lo que sentimos, de nuestra experiencia en general. Si bien la expresión corporal existe durante toda la vida, yo diría que una gran diferencia entre niñes y adultes es el desarrollo del lenguaje y la capacidad de referirnos a lo que nos pasa con un repertorio más amplio de palabras, ya sean escritas, habladas o con señas.
Mientas más chicos somos, menos acceso a esa opción tenemos, lo que no se dice se actúa. Por ejemplo: ¿Qué hace un recién nacido para comunicar que algo le pasa? Llora y patalea.
—¿Por qué quisieron hacer un glosario con las definiciones de un niño con déficit atencional?
—Si bien el cuento también invita a la reflexión, entendemos que para llevarla más allá es necesario aclarar ciertos términos y contextualizar más el cuento. Vimos el glosario como una oportunidad para ampliar todo lo dicho en la parte ilustrada y desarrollar reflexiones que inviten a la gente a cuestionarse lo que acaba de leer y la forma que tenía de entender el tema antes de la lectura. Los términos del glosario fueron ordenados según aparición, para ir entregando progresivamente la información que pensamos relevante para abrir el tema. Además, fue imaginado como un complemento para les adultes y niñes, de aproximadamente 10 años en adelante, que quieran usar el libro como una herramienta de diálogo.
—¿Cómo se detecta a uno con déficit atencional?
—Sebastián: Hay una serie de conductas que están definidas en los manuales de psiquiatría y que están presentes en niñes. Como decía antes, el diagnóstico ocurre una vez que esas conductas, que generalmente tienden a ser disruptivas, son observadas por alguien más. Es por esto que el diagnóstico no está exento de prejuicios y responde a un entorno determinado. Esto no es como diagnosticar una enfermedad biomédica que tiene marcadores bien claros, al tratarse de algo multifactorial son muchas las aristas que deben tenerse en cuenta a la hora de abordar el caso a caso. Ahora, yo diría que las dificultades para sostener la atención son el síntoma más evidente pero, repito, hay que dar contexto, ya que el diagnóstico es inútil si lo que se busca es normalizar la conducta y no entregar recursos para que esa persona, que no se adapta al modelo de sociedad como se espera que haga, pueda desarrollar su potencial y explorar sus intereses libremente. El problema que estas conductas pueden traer a el niñe y/o a su entorno no está dentro de la persona diagnosticada, ocurren en la interacción de esta con les demás.
—Este libro, ¿para quién va dirigido?
—A todas las personas que quieran poner este tema sobre la mesa con su familia y/o amigues y que quiera reflexionar o problematizar sobre esta temática. También a quienes quieran aprender del tema de forma sencilla y amena.
Así como todos los otros libros de nuestra colección Ser Algo, Ser Déficit Atencional fue pensado para leerse desde los primeros años de vida, en un comienzo con la compañía de un adulte que pueda mediar el contenido y, a partir de los 10 aproximadamente, en solitario.
—¿Dónde lo podemos encontrar el libro?
—Actualmente se encuentra en proceso de reedición, ya que estamos ampliando y actualizando el contenido. Pronto anunciaremos novedades en nuestras redes sociales y página web, por lo que les invitamos a estar al pendiente.
Nuestra página web es: https://www.desastrenaturalediciones.cl/
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