Martes, Febrero 18, 2025
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Yo Lector: Ernesto González Barnert

¿Qué lee Ernesto González Barnert?

-Acabo de terminar Disparos en la oscuridad de Edgardo Cozarinsky y Prohibiciones y Títulos de Astorga/Zanetti. Tengo en la mesa del velador El Hombre-Pluma de Gustave Flaubert (Selección de cartas a Louise Colet), Para vivir un gran amor de Vinicius de Moraes, regalo del gran poeta trasandino Omar Chauvié que hace poco estuvo en Santiago de Chile, Poemas del monje libertino (Ikkyu) y Sin decir nada de Ishikawa Takuboku, versión y selección de Claudio Bertoni.

¿Alguna lectura que haya producido algún cambio importante en tu vida?

-Muchas, cada una prácticamente, para bien o mal, perceptible o no. Entre las que son perceptibles se me ocurre, por ejemplo, A mis mejores amigos no los he visto nunca (Cartas y ensayos selectos) de Raymond Chandler, Diarios de Cheever, La guerra contra el cliché de Martin Amis, Todo cuenta de Saúl Bellow o El odio a la música de Pascal Quignard

¿Escogiste la Poesía o ella te escogió a ti?

-Como el orín al hierro me pegué a ella.

 ¿Cómo fue tu relación con los libros en la provincia?

HACE MESES LLAMASTE PRIMA

y entre otras cosas preguntaste

qué es lo que más extraño de Temuco.

No vivo ahí desde los 16,

fue lo único que dije

antes de cambiar de tema.

Recién hoy estoy en condiciones de responder,

tenía que ser por escrito

si es que aún deseas saberlo.

Extraño la Biblioteca,

no la Galo Sepúlveda

sino que la de la Universidad de la Frontera

que funcionaba toda la noche,

era la única luz que veías en el campus.

Nunca fui, pero me calmaba

saber que existía.

¿Cuánto hay de la provincia en tu poesía?

-En navidad(1994), poco después de que me sacaran la férula del dedo medio, cortado por una botella de cerveza que venia a mi cara, un desmañado pascuero sobre el pickup de una camioneta  cometió el error de quedarse sin pelotas de fútbol dando vuelta por la pista atlética del Germán Becker frente a una turba que buscaba su único regalo. Nos desquitamos tirándolo al suelo y pateando. El paco que sonreía y dejaba acariciar al pastor  soltó al can deseoso de ganar doble ración de pellet. Me saqué la cresta escapando sin toperoles por el pasto mojado. Obviamente dejé atrás el Far West, cientos de poesías líricas en la salamandra. Era todo un poeta de amor y Santiago mi Rangún.

¿Hay un gran tema en tu poesía?

-Soy de la vieja escuela de Troya: esa que ganó una batalla imaginándose dentro de un caballo y convenció al resto.

¿Cuánto ha crecido Ernesto González Barnert desde “Higiene” hasta “Playlist”?

-Al gran intérprete del sitar, Shankar, lo aplaudían hasta cuando afinaba.

Todavía no es mi caso.

Estás en permanente contacto con poetas, a través de entrevistas, tu trabajo en la Fundación Neruda, presentaciones de libros, ediciones  ¿En qué está hoy la Poesía chilena?

-En el esfuerzo sobrehumano de los mejores por seguir a flote, ir contra la corriente o en su propia corriente, no lejos de la tontera, burla, el pillaje y el frío.

¿Podemos seguir afirmando que Chile es un país de poetas?

-Cuando leo libros por salir a la luz pública como Ovejería o El Cairo, uno duerme como un lirón sobre el árbol del conocimiento.

¿Son las editoriales pequeñas las que salvarán a la Poesía de la indiferencia de las grandes editoriales?

-Hoy pienso que son las grandes editoriales las que salvan a las pequeñas con más que la indiferencia con su obligación de vender cada tiraje en el corto plazo. Acto seguido, ¿quién nos rescatará a nosotros del imperio de las pequeñas?

¿Podemos esperar a futuro poetas de la altura de Neruda, Parra o Mistral?

-No. Pero podemos esperar poetas como Jaime Luis Huenún, Yanko González, Damaris Calderón, Gustavo Barrera, Marcelo Guajardo, Mario Verdugo, Natalia Figueroa, Juan Santander, Gladys González, Ángel Valdebenito, Carlos Henrickson, HH o Paula Ilabaca, Francisco Ide o Germán Carrasco entre tantos y tantas más.  Y entre los hermanos mayores podemos oír a los capos de Zurita, Bertoni,  Maquieira, Bruno Vidal, Elvira Hernández, Rosabetty Muñoz, Harris, Hernán Miranda, Omar Lara o Clemente Riedemann, vivitos y coleando, con libros que si tuvieran una basta circulación, al menos en las lecturas obligatorias escolares, otro gallo cantaría.

Cuéntanos brevemente sobre tu nuevo libro Playlist.  

-Playlist es para mí como volver tarde de la pega, de noche, muy cansado y abrazar a mi madre que acaba de morir.

¿Qué nos recomendarías leer?

-Los Aforismos de Georg Christoph Lichtemberg, los Apuntes I y II de Elías Canetti, Pensar no basta de Jules Renard, Pensamientos y Rivarolianas de Antoine de Rivarol, Dichos y contradichos de Karl Kraus, Sobre arte y literatura de Joubert o Negro sobre negro de Leonardo Sciascia.

Algunas definiciones:

¿Jodorowsky o Hitchcok?

-Hitchcock durante esos 7 días en que filmó la escena de la ducha en Psicosis, poniendo en más de 70 posiciones la cámara, para obtener 40 segundos de acción en pantalla. Y Jodorowsky cuando vio Dune de David Lynch en el documental Jodorowsky’s Dune.

¿La tablet o el papel?

-El papel. Y al decirlo pienso en alguien como Karl Lagerfeld que cuando pequeño le daba miedo quedarse sin papel de dibujo. Recuerda un día en que le pidió a su padre que le comprara más y él le contestó: “Si estás dibujando sobre una cara del papel, también puedes hacerlo sobre la otra”. Karl le respondió a su padre que nunca en su vida haría un boceto en el reverso de una hoja.

¿Android o Iphone?

-Iphone.

 

Iván Martínez Berríos
Iván Martínez Berríos
Periodista, Licenciado en Comunicación Social y en Cine Documental. Editor en Plazadeletras, Lector.cl y Trazas Negras.
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