Amparo Arias Villalobos transita entre la exploración de las artes visuales y la literatura. Por años mantuvo guardados los versos que componen su poemario Habitáculos o maneras de narrar, un conjunto de poemas conmovedores que decidió retomar y convertir en libro. Te invitamos a leer la entrevista a esta multifacética mujer.
—Cuéntanos de ti y cuándo te diste cuenta que querías escribir poesía…
—Nací y crecí en Valparaíso, donde estudié diseño gráfico. Durante esos años, mientras cursaba la carrera, me interesó explorar ambos lenguajes, —el visual y el textual— y narrar desde allí. Fue en esa época cuando conocí la obra de Juan Luis Martínez, la poesía de Vicente Huidobro, de Olga Orozco, Rayuela de Cortázar, entre otras. Fue un acercamiento a obras que tenían estos cruces, que volqué finalmente en mi proyecto de título.
También creo que haber participado como becaria en el taller de poesía de La Sebastiana, mientras estudiaba, acentuó mis ganas de hallar en la escritura una forma de construirme. Luego emigré a Santiago y volví a encontrar, en la Literatura Infantil y Juvenil, el poder interpretativo de ambos lenguajes. Y me gusta que ambas disciplinas se puedan complementar, es decir, explorar nuevas narrativas desde la palabra, la imagen, el tipo de papel, las guardas porque existe esa lectura entre textos, entre capas.
—¿Cómo fue el proceso creativo de tu poemario y ser editada bajo el sello de Los Perros Románticos?
—El proceso fue lento; tardé años en volver a estos versos. Los solté muchas veces, hasta que me decidí a leerlos, editarlos y a creer en la mujer que hablaba a través de ellos. En cuanto a la edición, el poemario siempre consideró caligramas que anteceden el inicio del libro, al igual que la decisión de querer incorporar algunas imágenes dentro del poemario. La editorial respetó estas consideraciones y aportó —con gran acierto— la propuesta de troquel en la portada, siendo coherente con toda la colección de poesía de la editorial, Fatale Monstrum.
—¿Cómo se te ocurrió el formato o estructura del libro?, ¿las imágenes del libro son tuyas?
—Creo que la estructura tiene que ver con cómo entiendo el libro —material y conceptualmente— un cuerpo que narra como también lo hace nuestra propia materia, a través de la mirada, de las posturas, la piel. En este caso, Lengua, Cuerpo y Dermis que son las tres partes que estructuran al libro.
Con respecto a las imágenes del libro, son de mi autoría, al igual que las dos composiciones textuales de las primeras páginas.
—¿Cuál fue la necesidad de escribir este poemario?
—Pasé un extenso tiempo de mudez, a causa del robo de mi computador que sufrí hace algunos años atrás, donde perdí muchísimos textos. Tenía la necesidad de recuperar esos silencios y este poemario me permitió cerrar ese ciclo.
—¿Es relevante la naturaleza en la obra?
—De cierta manera, sí. Creo que dentro de mi proceso creativo estar alerta con lo que nos rodea es vital. Mirar, y ser consciente de lo que somos y cómo nos relacionamos con el afuera. Desde lo más simple a lo más profundo. Poder situarnos en nuestro cotidiano y observar cómo es nuestro vínculo con la tierra. En mis años de madre, he intentado procurar entregarles esta mirada a mis hijos. Cómo entendemos los ciclos, qué pasa con esa composición de agua que nos atraviesa como humanos. Hay un lenguaje en la naturaleza, que traspasa nuestros mundos. Y es en esas escenas, en la geografía de un territorio, donde uno puede identificarse, así como ocurre en la literatura.
—¿Cuál es el mensaje principal de Habitáculos o maneras de narrar?
—Diría que es el recorrido que realiza la voz, perdida y encontrada en un cuerpo, entendiéndolo como materia que cobija, habita y narra. Independiente a la lectura que cada lector/a encuentre, claro.
—¿Por qué el nombre?
—Es un nombre que fue mutando, me interesaba que el título pudiera contener conceptualmente lo que recorre estas páginas, que es el habitar en estos tres estados, que son igualmente territorios simbólicos.
—¿Dónde podemos encontrar tu libro?
El libro se encuentra disponible en la librería virtual de Los Perros Románticos y en la Librería Imaginaria, Lolita, Aldebarán, La Flor de papel, en la Librería del GAM, entre otras.