José Ignacio Cárdenas Gebauer nos invita a sumergirnos en los horrores y las disputas humanas de la guerra contemporánea a través de su primera novela, Bajo el yugo del califato. En esta obra, que aborda los oscuros años de expansión del Estado Islámico en el norte de Siria, el autor ofrece una visión conmovedora y detallada sobre las víctimas del conflicto, centrándose en las vidas de Munira, una joven kurda yazidí, y Manuel Jesús Muñoz Amar, un periodista chileno-español. A través de esta narración, Cárdenas, quien ha explorado los temas políticos en sus anteriores ensayos, da voz a aquellos que lucharon por sobrevivir bajo el yugo del ISIS, entrelazando hechos históricos con la ficción literaria. La novela explora la tensión, la crueldad y la esperanza en medio de la violencia, permitiendo a los lectores comprender la resiliencia humana frente a la opresión. En esta entrevista, el autor reflexiona sobre el origen de su obra, su proceso de investigación y cómo, a través de su escritura, busca dar una nueva perspectiva sobre la lucha por la libertad en un contexto tan devastador.
—Usted menciona que las impactantes imágenes de decapitaciones en 2014 lo llevaron a profundizar en el conflicto del Estado Islámico. ¿Qué fue lo que más le impresionó de esas imágenes y cómo las utilizó para darle forma a la historia de su novela?
—En los tiempos actuales sorprende que la ejecución de una persona sea realizada mediante la decapitación y exhibiéndola al mundo. Sumado a esto, impresiona que el fundamento de los victimarios para tal cruel ejecución sean razones religiosas. En el fundamentalismo islámico no existe una separación entre la política y la religión, se confunden, pero ni en uno ni en otro poder, si los podemos llamar así, resulta comprensible que en tiempos contemporáneos se recurra a estas prácticas más propias de tiempos antiguos violentos. Es por eso por lo que en la novela explico dónde nace la argumentación coránica a las cuales recurren estos yihadistas para justificar su actuar, y dejo al lector que realice su propio juicio a partir de las vivencias de los distintos personajes del libro. En el fondo, a partir de estas cruentas historias se va construyendo la novela de la mano del sentir humano de quienes son sus víctimas, junto con abordar hechos históricos y narrativa religiosa real más allá de que estén unidos en una novela de ficción. Por eso la catalogo como una novela histórica. Sin embargo, como buena novela, no todo es sufrimiento, también hay aventura, romance y esperanza.
—Los personajes principales, como el periodista chileno y Munira, enfrentan situaciones extremas. ¿Cómo construiste sus historias y sus emociones a lo largo de la novela?
—Para adentrarme en las emociones de los personales fue necesario estudiar e investigar a víctimas que hayan sufrido hechos parecidos. Me era muy importante representar lo más fiel posible sus temores, sentimientos e ilusiones, sumado al hecho de prepararme psíquicamente cada vez que escribía algún capítulo con fuerte carga emocional. Necesitaba, además del estudio y la investigación, dejar fluir mi sensibilidad como escritor para intentar posicionarme en cada personaje, lo cual no siempre es espontáneo, es un trabajo muy parecido al que puede realizar un actor para adentrarse al mundo que quiere representar y así, dar espacio a lo que quiere expresar. Respecto de las historias, en parte ayudó algunos hechos reales que están plasmados en el libro, más otros que fue necesario crear para dar continuidad a la narrativa. Los hechos aportados por mi imaginación fueron muchos de ellos creados mientras escribía la novela, los cuales se fueron agregando en la medida que se construían los detalles de cada historia y me respondía preguntas con la misma investigación que iba realizando en paralelo. Confieso que fue un trabajo arduo pero muy entretenido.
—Munira es una joven yazidí que experimenta una serie de horrores a manos del Estado Islámico. ¿Qué le inspiró a darle vida a este personaje y cómo investigó sobre la realidad de las mujeres yazidíes para crear su historia?
—Fue bien impresionante conocer lo que padecían las mujeres bajo este Califato, y en especial, las de origen yazidí. Me conmovió leer tantos testimonios de mujeres yazidíes que fueron víctimas. Existen muchas que lograron sobrevivir a lo ocurrido cuyo relato resulta inspirador por el increíble coraje y humanidad mostrada frente a la brutalidad padecida. Como un símbolo que representa a tantas mujeres, destaco a la activista yazidí Nadia Murad a quien le concedieron el Premio Nobel de la Paz en el año 2018 por su campaña para liberar al pueblo yazidí y acabar con el tráfico de personas, después de escaparse de manos del Estado Islámico en noviembre de 2014. Como ellas hay muchas mujeres cuyas vivencias dan cuenta de lo que el ser humano es capaz de soportar para sobrevivir y lograr su libertad. No todas lo logran, pero sus luchas son fuente de inspiración para quienes escribimos.
—Usted subraya que su novela no representa todo el mundo árabe ni el islam, sino una pequeña parte. ¿Cómo logró transmitir la complejidad y la diversidad de esta cultura en medio de la historia centrada en el fundamentalismo y la violencia?
—Hay que ser cuidadoso con quedarse con una idea errada de lo que es el Islam suponiendo que la gran mayoría de los musulmanes creen en un concepto extremo de lo que es el islamismo. No es así, el Corán, al igual que la Biblia para los cristianos, busca realzar al hombre/mujer bueno/a mediante un conjunto de consideraciones valóricas que sirvan de guía o inspiración para los creyentes. Sin embargo, hay que entender que ambos textos sagrados fueron escritos en tiempos en que el mundo se desarrollaba en una época violenta, donde las guerras eran comunes por un sin número de razones. Ante tal contexto, es posible encontrar algunos pasajes violentos en ambos libros sagrados que solo es posible entenderlos cuando se contextualizan con el momento en que se escribieron. Traerlos a la época contemporánea después de siglos de historia humana y aprendizajes colectivos, puede llevarnos a interpretaciones y equívocos que no guardan relación con el fin último de ambos textos: la bondad humana. Tal vez el riesgo de la religión musulmana es que no depende de una sola autoridad religiosa que pueda interpretar los textos sagrados, como lo es el Papa para los católicos. Tratándose del Corán, la interpretación de los textos sagrados depende de cada mezquita, lo cual puede conllevar interpretaciones contrapuestas o descontextualizadas, algunos de los cuales abordo en mi novela, dando origen al fundamentalismo religioso cuya lectura de los textos es muy apegada a lo literal sin dar especio a los simbolismos o metáfora de las palabras.
—Bajo el yugo del califato también toca temas como la esperanza, el amor y la pasión, a pesar del sufrimiento. ¿Por qué es importante para usted incluir estos elementos en una historia tan dura? ¿Cómo cree que el lector puede encontrar esperanza en medio de un conflicto tan devastador?
—Porque es la historia de la humanidad. Basta con recorrer cualquier pasaje histórico, incluso los más violentos, y siempre encontraremos personas que luchan por un porvenir mejor. Es el instinto de sobrevivencia que encontramos en todo ser humano. A veces el problema está en los métodos utilizados en busca de un mundo mejor. Solo un ejemplo: los rusos se revelaron en contra de sus zares para terminar con los abusos y privilegios de su imperio, dando origen a una revolución bolchevique a la cual se plegaron millones de personas esperanzados en un futuro mejor, sin embargo, el resultado fue otra tiranía. La historia humana está plagada de luchas por libertad, igualdad, autodeterminación y tantos otros valores que han dado origen a guerras y mucho sufrimiento, sin embargo, la motivación común de todos estos conflictos es la esperanza. Cada uno interpreta la esperanza de la forma que quiere, es una valoración muy personal que se cultiva en el fiero interno, sobre todo, cuando está siendo víctima de una opresión extendida en el tiempo. Por lo tanto, frente a la pregunta planteada, siempre existirá esperanza ante un conflicto tan devastador como el que se relata en la novela, el ser humano nunca renunciará a ella, así se ha construido y evolucionado nuestra humanidad por siglos.
