Por Ricardo Maldonado Gana
Para aterrizar en sus sueños,
vi miles de llamas moradas
pintadas en un jardín de flores negras.
Mientras caía, colapsaba su armonía.
El planeta funcionaba entre cuerdas
arpegiadas de agudas y graves,
notas de calmo y vientos suaves.
Acorde al tiempo, ella da vueltas.
Tengo una brújula y bitácoras,
ya no encuentro más ciencia
si hablo de tu existencia
dialogo con colores, excepto con los tuyos.
Usé un señuelo buscando su amor,
ya no me mira desde un balcón,
ya no me saluda ni a la distancia
y mis sueños perdieron color.